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Cómo murio la Virgen María según San Juan Damasceno

El Damasceno concluye este relato de la desaparición de la Virgen agregando, con los Apócrifos y con el arzobispo Juvenal, que fueron los ángeles quienes, tras recibirla de manos de Jesucristo, llevaron el alma de María al Paraíso celestial.

Se encuentra dentro de las fiestas marianas mucho más esenciales y la Iglesia la festeja el 15 de agosto. Teológicamente forma parte a entre los dogmas o verdades de fe establecidos por la Iglesia; Al lado de la Maternidad divina de María, esto es, que es Madre de Dios, que fue concebida sin pecado original y que fue siempre y en todo momento virgen, el Magisterio solemne nos ha trasmitido esta verdad. Es la última verdad enseñada por la Iglesia en el momento en que la definió el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950; y siendo un dogma de fe, no hay oportunidad de engañarse al aceptarlo, en tanto que el Papa disfruta de la prerrogativa de la infalibilidad, como nos enseñó el Concilio Vaticano I en 1870.

El dogma no toca ciertos cuestiones íntimamente similares con él, tal y como si la Virgen murió o no, y si la respuesta es positiva, si resucitó. Estas cuestiones han quedado a la libre aceptación y discusión de los leales, en especial de los teólogos. Lo que Pío XII enseñó en la Constitución «Munificentissimus Deus» es «que la Inmaculada Madre de Dios, siempre y en todo momento Virgen María, habiendo cumplido el curso de su historia terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial».

1 Si Cristo murió, sería bien difícil mantener lo opuesto de lo que tiene relación a su madre.

San Juan Damasceno se pregunta: “¿De qué forma posiblemente en el parto superó todos y cada uno de los límites de la naturaleza, en este momento se doblega a sus leyes y su cuerpo inmaculado se somete a la desaparición? Y responde: “Precisamente, le era preciso despojarse de la parte mortal para recubrirse de inmortalidad, pues el Señor de la naturaleza tampoco evitaba la experiencia de la desaparición. De hecho, muere según la carne y con su muerte destroza la desaparición, convierte la corrupción en incorruptibilidad y la desaparición en fuente de resurrección» (Panegírico sobre la Dormición de la Madre de Dios, diez: SC 80, 107).

Visto que María fuera liberada por su condición divina del pecado original, que todo humano implica, no quiere decir que asimismo recibiese la inmortalidad corporal. La Madre no es superior al Hijo, que aceptó la desaparición, dándole un nuevo sentido y convirtiéndola en instrumento de salvación. Y para formar parte en la resurrección de Cristo, María debió comunicar, más que nada, la desaparición.

ASÍ «MURIÓ» LA VIRGEN MARÍA SEGÚN SAN JUAN DAMASCENO, DOCTOR DE LA IGLESIA

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Contestación a el interrogante según San Juan Damasceno

Quizá la historia mucho más hermosa y famosa sea la de San Juan Damasceno, enorme beato y doctor de la Iglesia. Apoyó la teoría de la desaparición de María y la relató de este modo:

“La Madre de Dios no murió de patología, pues no debió recibir el castigo de la patología por el hecho de que no tenía pecado original. No murió de vejez, por el hecho de que no precisaba envejecer, puesto que no vino sobre ella el castigo por el pecado de sus primeros progenitores: envejecer y fallecer de debilidad. Ella murió de amor. El deseo de ir al cielo donde se encontraba su Hijo era tan enorme que este amor la logró fallecer.

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