Las buenas personas, por norma general, son personas con personalidad bastante para enojarse en el momento en que la situación lo merece, y para ser solidarios y comprensivos en el momento en que sea preciso. Tienen considerablemente más características, siempre y en todo momento positivas, con lo que es bueno estar siempre y en todo momento cerca de ellos y también imitarlos.
No charlamos ni escribimos lo bastante sobre la relevancia, el valor e inclusive la urgencia de ser una aceptable persona. Escribimos sobre la vulneración de los derechos humanos, sobre la pelea por la igualdad, sobre las fallas de la justicia, sobre la dignidad pisada, sobre el salve de la decencia… Y con todo lo mencionado, ofrecemos por hecho que hablamos de lo básico. , lo primordial: ser buenas personas.
Pero, quizás, por ser exactamente lo evidente, lo nos encontramos invisibilizando, intentando de ofrecerle un marco legal, un contexto en todo el mundo, una legitimidad a eso que hasta recientemente era un consenso popular: que lo que era justo, digno, respetable y hasta precioso era ser solidario, amable, educado, respetuoso, humilde, espléndido, comprensivo, justo, abierto y alegre -sí, ser feliz asimismo es una manera de generosidad-. Muchos asaltos se realizaron contra estos valores en las últimas décadas, en las que el neoliberalismo se ha solicitado de inocular la competitividad, el individualismo, la ostentación, el consumismo y la acumulación por todos y cada uno de los medios a su alcance (medios, propaganda, políticas públicas…) , que quienes defendemos otras maneras de convivencia hemos invertido una gran parte de nuestro esfuerzo en la creación y difusión de alegatos, conceptos, análisis, proposiciones y ejemplos no solo cargados de razón, sino más bien asimismo de todo el rigor y substancia con que fuimos capaz
No ve los inconvenientes como inconvenientes.
Las buenas personas ven los inconvenientes de forma diferente a la mayor parte de la gente. Los ven como retos.
Saben que cualquier inconveniente y cualquier obstáculo se puede arreglar.
IGNORAR TU SOMBRA ES UNA MALA IDEA
Ignorar tu sombra es dejar que tu fuerza te lleve por la vida, ingenuo sobre tu verídica naturaleza. Pero la ingenuidad no basta para resguardarte de su sombra en tiempos normales, ni en el momento en que las situaciones te invitan a llevar a cabo algo de lo que siempre y en todo momento te arrepentirás.
Alumbrar tu sombra significa desmantelar reiteradamente el ego, sea como sea tu nivel de conciencia -hace aparición una exclusiva sombra en todos y cada nuevo estado-, con lo que el trabajo con la sombra es primordial para tu evolución. En el próximo articulo te afirmaré de qué manera iniciar.