En la mitología griega, Helio? o helio? (en heleno viejo ?????? H?lios, ‘sol’) es la personificación del sol.
La visión de un artista del sistema saturnalia. Imagen: Helga (CC).
Era prácticamente un trámite, un premio de consolación. La forma que tenían de decir «y vivieron contentos y consumieron perdices». En el momento en que no sabían de qué forma finalizar una historia, los viejos helenos la acababan de este modo: transformando al personaje principal en una estrella o una constelación. Le sucedió a Orión, Andrómeda, Casiopea y múltiples docenas de otros individuos de la mitología griega. Y evidentemente les pasó a sus dioses. Reservaron los cuerpos errantes, los que viajan por el cielo: el Sol, la Luna y las cinco estrellas que se mueven por el firmamento. Esos eran para los helenos «πλανήτης», «planetes», que verdaderamente significa «vagabundo» o «indigentes». No sabían entonces que, con esa convención narrativa, con ese chimpancé arrollado que terminaba con sus mitos, estaban nombrando zonas reales, suelos tan reales como Tracia o el Peloponeso. Y que, transcurrido el tiempo, habría mapas con exactamente los mismos nombres y gente caminando por exactamente el mismo suelo.
Del dios Helios al sol de nuestra casa
Entre las capacidades y poderes del dios Helios es supervisar la luz. La luz, por su parte, es fuente de vida. Completamente importante para la mayor parte de los organismos vivos que pueblan nuestro mundo.
Y en este momento, la prometida segunda una parte de nuestro viaje en el tiempo. En esta ocasión, considerablemente más adelante que en la Vieja Grecia, pero todavía a mucho más de un siglo del presente. En concreto para 1901, en el momento en que en la localidad de Valladolid Alejandrino Pérez y su nieto Gaspar realizaban mermeladas artesanales en una confitería llamada El Sol. Aquí disponemos el vínculo con la deidad griega. El éxito de las recetas que pusieron en práctica logró que aun se hiciesen de forma directa para la Casa Real. La fundación de las confiterías El Val y Helios, en 1936, daría sitio al fin a la nomenclatura que marcó a lo largo de décadas la comida de tantas familias españolas.
Helios y Apolo
Helios con frecuencia se identifica con Apolo, pero en la obra de Homero, Apolo es precisamente un dios diferente, asociado con las plagas y que tiene un arco de plata en vez de oro, aparte de no teniendo ninguna de las peculiaridades solares de Helios.
Es en la obra ‘Faetón’ de Eurípides donde podemos encontrar la primera referencia a Apolo identificándolo con Helios.