Jehová era el nombre o título que se le daba en preexistencia al Primogénito de Dios. En este momento tiene por nombre Jesucristo. El concepto del nombre Jehová fue explicado por el élder Talmage: ?Jehová es la manera castellana de la palabra hebrea Yahveh o Jahveh, que significa el Coche-Que existe o el Eterno.
Sociedad de Publicaciones Judías. JPS Tanakh hebreo-inglés: el artículo hebreo clásico y la novedosa traducción JPS. Philadelphia: Jewish Publication Society, 2003.
El apego judío a la Tierra de Israel, como el judaísmo mismo, ha evolucionado durante la historia y cambió respecto al ambiente y las ocasiones de tiempo y espacio. Los acuerdos hechos entre Dios y el pueblo judío, registrados en la Biblia y presentados aquí, revelan los orígenes de este cambio y asisten a comunicarlo. Conforme el pueblo pasó de ser una tribu de ancestros a una nación con leyes, asimismo cambió su relación con Dios y la tierra. De esta manera, los nueve acuerdos se tienen la posibilidad de dividir en 2 partes distintas: antes y tras el exilio de Egipto y la recepción de las leyes en el Sinaí.
Contestación
La palabra Yahweh es una manera de redactar Jehová en hebreo. Esta palabra fue redactada en hebreo sin vocales, unicamente se utilizaron 4 consonantes. Por ser una palabra de carácter sagrado, los hebreos no pronunciaban este nombre.
Un Sión soviético
El Imperio Ruso fue una vez la nación con mucho más judíos; en Bielorrusia, por servirnos de un ejemplo, eran el tercer conjunto étnico mucho más grande. Tras la revolución bolchevique, los rabíes fueron perseguidos y sus sinagogas y características expropiadas, pero tras la guerra civil hubo un intento por la parte de las novedosas autoridades de remover el estigma de antisemitismo que había marcado al régimen previo. En esos años, una tercer parte de los judíos rusos eran lishenets, esto es, no tenían derecho a voto por ser considerados «contrincantes del pueblo», lo que complicaba a los soviéticos el control de la Región de Establecimiento, la frontera occidental. de la URSS Para ganárselos, el gobierno fomentó academias de idioma yiddish y aceptó el establecimiento de judíos en huertas y también industrias colectivas del sur de Ucrania y Crimea. Se penalizó el antisemitismo y se les abrieron las puertas de la facultad. A objetivos de la década de 1920, las universidades soviéticas tenían mucho más del diez % de alumnos hebreos.
Más allá de que el Presidium deseaba resituar a la población judía en las áreas despobladas del sur de Ucrania y Crimea para acrecentar la producción agrícola, las negativas de los comités locales y regionales forzaron a buscar un espacio alterno para reubicarlos . Por último, en 1928, el Komzet, el comité que regulaba el establecimiento de judíos en huertas colectivas, recibió un lote virgen alén de Siberia y Mongolia, popular como Birsko-Bidzhansky. Seis años después se estableció el Óblast Autónomo Hebreo, con capital en Birobidzhan y con el yiddish como idioma oficial, imitando el sistema que había usado el gobierno soviético para dar territorios autónomos a las distintas nacionalidades de la Unión Soviética.