La nictofobia es un trastorno de ansiedad de tipo fóbico. Quienes la sufren tienen temor a la obscuridad oa la noche. Esto puede lograr que los nictofóbicos se sientan deseoso en el momento en que están en sitios oscuros o aun durmiendo solos.
¿De qué manera entendemos cuándo proyectamos, cuándo entramos en el territorio de la sombra?
En el momento en que alguien, con su actitud o sus ideas, nos perjudica emotivamente y respondemos de forma exagerada contra esa persona, lo mucho más posible es que estemos proyectando nuestra sombra. Más allá de que las proyecciones asimismo tienen la posibilidad de ser positivas, lo que acostumbramos a ver en el resto son aquellas características que podemos encontrar mucho más inaguantables en nosotros. Por consiguiente, para conocer estas características de nuestra sombra, debemos investigar qué reacciones y aspectos nos incordian en el resto y exactamente en qué medida nos afectan. Si lo que mucho más odio y detesto es el orgullo, por servirnos de un ejemplo, lo mucho más posible es que esté ensayando características de mi sombra personal, si bien esto me resulte increíblemente bien difícil de aceptar. Como es natural, no todo cuanto criticamos es una proyección, pero si actuamos desmesuradamente con relación a lo que objetivamente no es tan esencial, quiere decir que algo se ha habilitado en nuestro inconsciente. Si aceptamos la compromiso de nuestras conmuevas al producir el desarrollo de proyección, tenemos la posibilidad de cambiar nuestra iniciativa y sentimiento hacia la gente que nos cubren a una visión mucho más verdadera.
Como enseña la psicología por norma general, el diálogo frente a frente entre la conciencia y su sombra es una necesidad terapéutica. La mejor forma de integrar nuestras partes internas opuestas, de alumbrar nuestra sombra personal, es encararla y estimar conocerla responsablemente, aceptar que esas especificaciones y atributos negativos que negamos en nosotros viven verdaderamente en la parte obscura de nuestro ser. personalidad, que nuestra sombra tiene dentro los puntos mucho más primitivos y desadaptativos de nuestra naturaleza que rechazamos por causas sociales, culturales y morales. Tomar conciencia de nuestra sombra es un reto ética bien difícil, un conocimiento lamentable de comprar, que empieza por “estimar entender” nuestra parte negativa que el ego ha rechazado: nuestra maldad, avaricia, codicia, envidia, celos…, realizar siendo conscientes de nuestros enfrentamientos inconscientes. De este modo tenemos la posibilidad de estudiar a apropiarnos de nuestras proyecciones y recobrar toda la energía y fuerza que oculta nuestra sombra. En el momento en que descubrimos nuestro lado obscuro, empezamos a relacionarnos con nuestro inconsciente (que no es irreconocible) y reorganizamos nuestra personalidad y ampliamos nuestra identidad.
Cambio de casa
En el momento en que el niño se muda de casa por cualquier fundamento, debe amoldarse a un nuevo hábitat. Hasta el momento en que se acostumbre a su novedosa habitación, el temor a la obscuridad es común. Te sientes inseguro en un espacio que no es al que andas habituado.
Si tristemente has sufrido un hurto o algún acontecimiento que logre generarte traumas, probablemente poseas fobia a la obscuridad, puesto que te sientes inseguro o sin control sobre tu ambiente.
Contestación al temor con ataque
Como afirmábamos, contestar atacando es un mecanismo de defensa ordenado por el cerebro. L ‘adrenalina producida por las glándulas suprarrenales afirma que todas y cada una de las energías se dirijan a defenderse, por servirnos de un ejemplo, no posee apetito en el momento en que está peleando con alguien.
Nuestro perro me mostrará las habituales señales de defensa, su única intención es combatir contra el riesgo que siente y subsistir:
Géneros de pensamientos en las fobias impulsivas
Las clases de los pensamientos en las fobias impulsivas tienden a ser muy intensos y éticamente realmente fuertes, puesto que acostumbran a estar relacionados con realizar daño a otra gente mucho más atacables, con lo que quedan indefensos frente a quien tiene la fobia impetuosa, con lo que si verdaderamente pierdo el control, la víctima no sería con la capacidad de detenerlo, elemento que incrementa aún mucho más la ansiedad, por el hecho de que si no me controlo, el otro no va a poder detenerme. Estos son ciertos ejemplos de pensamientos propios de las fobias impulsivas.
- Temor a herir a otra persona con un cuchillo u otra arma
- Temor a saltar o mover a alguien desde un balcón, a las vías del tren…
- Temor de hacerle daño a mi hijo o a mi bebé
- Temor a ahogar a mi bebé mientras que me baño
- Temor a atropellar a alguien intencionadamente