El príncipe azul tiende a ser un joven bien formado. Con frecuencia emplea una faja o cinta en torno a su traje principesco y, de forma frecuente, un bigote pequeño y refulgente. En muchas actuaciones, charla con acento francés o británico.
Ese que no te salva de un dragón, sino sencillamente te llama la atención con una flor
En ocasiones procuramos un príncipe azul, ese hombre guapo, prominente, fuerte, ese que en el momento en que lo observamos partir suena bien interesante, pero ¿qué ocurre en el momento en que, lejos de conseguir a ese príncipe azul de cuento de hadas, estamos con un humano, uno de la vida real, un hombre imperfecto que pelea día a día por hacerte feliz?
Recuerda esto del principe azul:
1. Un principe azul ha de ser el que encuentre una solución todos tus inconvenientes, es atrayente, guapo, entretenido, vamos especial. Bueno, qué fastidio, no poder llamarlo gordito o flaco ni nada por el hecho de que llamarlo especial no suena bien. Además de esto, cerca de semejante perfección, precisamente suprimimos varios defectos. 2. Si andas aguardando a tu príncipe azul, vas a morir aguardando. De niño me contaron la narración de una mujer de 70 años. En el momento en que era joven, siempre y en todo momento procuraba a su príncipe azul y afirmaba que jamás estaría con absolutamente nadie hasta el momento en que lo encontrase. A sus 70 años, ella aún no se encontraba casada ni nada, pese a haber viajado bastante, con lo que le preguntaron por qué razón no lo hallaba. La mujer mencionó que había encontrado a su príncipe azul, su hombre especial, entonces ¿cuál era el inconveniente? Que este hombre principesco procuraba a la mujer impecable y no era ella. El príncipe azul no existe, pero si existe, ¿eres la mujer idónea para estar contigo? Bueno, precisamente no, por el hecho de que no existe el hombre especial, ni la mujer impecable, ni el príncipe azul, ni las princesas que devuelven arcoíris. Bueno, hay una princesa, pero créeme, si bien tiene muchas virtudes por el hecho de que va a vivir toda su historia en el barco, no me semeja muy divertido: 1. Estar observada todo el tiempo. 2. Cásate sí o sí, y que se entere toda España. 3. No deseas tener hijos, igual los tendrás, eres el útero de España si disfrutas y si no asimismo. 3. Airea tu ropa sucia, por más que te esmeres en taparla, siempre y en todo momento sale un poquito. 4. Tus vacaciones siempre y en todo momento van a ser en Mallorca y lo destacado es que vas a ir con tus suegros, ¿andas agotado del rincón? ¿Te llevas bien con tus suegros? Semeja que esa es la diversión de ser una princesa. 5. No puedes vestirte como deseas, hasta te mandan la ropa que debes ponerte. 6. Vas a tener bastante dinero, pero no vas a poder gozarlo. 7. El príncipe siempre y en todo momento debe ir primero y tú te quedas mudo, comentan que eres mucho más hermoso en el momento en que andas mudo. En resumen: los príncipes cautivadores no hay, pero si existiesen, dudo bastante que quisieses ser una princesa. O por lo menos en mi caso, ¡no deseo ser una mujer objeto! ¿Y tú crees en el príncipe azul?