Príncipes. ¿Alteza Imperial? (Su Alteza Imperial/Su Alteza Imperial; abreviaturas S.A.I. o V.A.I.) ? utilizado por príncipes o princesas correspondientes a una familia imperial.
La narración de un mito en múltiples hechos poco populares
Su nombre terminado es Eight Hour Cream Skin Protectant y pocos (escasos) artículos de hermosura tienen la posibilidad de alardear de un legado y una popularidad tan durables. Menos aún tienen la posibilidad de alardear de prestar muchos usos; en verdad, si se convirtió en un factor básico para la realeza, maquilladores expertos, modelos y una gran lista de celebridades de prominente perfil, es por su utilidad. Sirve tanto como régimen para la piel (hidrata, tranquilidad y resguarda) como cosmético: se puede usar como base de maquillaje (pregúntale a la maquilladora de Reese Witherspoon, Molly Stern), como fijador de cejas o como domador de los llamados baby-hairs, esos pelos cortos que medran tras el parto. Diríase que fue usado por Marilyn como hidratante y Claudia Schiffer una vez lo declaró «adictivo». Kim Kardashian y la modelo Jessica Stam dijeron a veces que lo usan para hallar un efecto de brillo en los ojos. Pertence a los preferidos del legendario maquillador Pat McGrath para alumbrar las mejillas, y su compañero, el popular Sir John, lo emplea para alargar la duración de la sombra de ojos. Se conoce que la modelo Behati Prinsloo lo utiliza para calmar la deshidratación de su piel en el momento en que vuela en aeroplanos y Victoria Beckham lo ha llamado «lo destacado de todo el mundo para labios, codos y rodillas resquebrajados» y supuestamente no podría vivir sin él. Bastante se escribió sobre esta crema, pero probablemente la mejor descripción de todas y cada una la dio la modelo y fotógrafa Bibi Cornejo Bortwick, hija de la estilista Maria Cornejo y del fotógrafo Mark Borthwick, a quien su abuela francesa le enseñó la regla primordial sobre las Ocho Horas: » Si le pasa algo malo a tu cuerpo, póntelo».
La primera cosa que hay que decir de esta conocida crema es que no es precisamente una crema. Por lo menos no uno para utilizar, puesto que su textura es mucho más bien ungüento o vaselina densa. Su crónica empezó en 1930, en el momento en que la empresaria canadiense-estadounidense Elizabeth Arden inventó este refulgente ungüento de color albaricoque para tratar las llagas en las patas de sus caballos pura sangre. Cuenta la historia de historia legendaria que una amiga de Arden aplicó el ungüento en la rodilla raspada de su hijo, que se le había caído, y tras ocho horas la piel del niño se regeneró y nació un mito con nombre propio. En ese instante, Elizabeth Arden tenía cerca de 150 salones de mucho lujo en USA y Europa, distinguidos por una característica puerta roja, ícono que corona el icónico barco aún el día de hoy. “Solo hay tres nombres estadounidenses populares en todos y cada uno de los rincones de todo el mundo: Singer Sewing Machines, Coca-Cola y Elizabeth Arden”, ha dicho con orgullo.
¿De qué manera tratar el síndrome del príncipe depuesto?
Ciertas advertencias útiles para el manejo conveniente del ‘síndrome del príncipe depuesto’ son:
- No castigar, chillar o enojar al hijo mayor por tener celos.
- Antes del nacimiento de un hermano, elaborar al niño explicándole lo que va a suceder y adelantando lo que implicará este nuevo avance. Para esta preparación, puede ser útil acompañarse de cuentos o historias que charlen de la llegada de un hermano y resalten las virtudes de este hecho. Asimismo puede ser bueno enseñarle fotografías de en el momento en que era un bebé, haciéndole comprender que asimismo recibió atención concreta para su periodo.
- Es esencial insistir en explicarle que va a ser amado del mismo modo y que no perderá el cariño y la atención de sus progenitores. No tienen que presenciar la llegada de un hermano como un sustituto y tienen que empezar a percatarse de que es viable dividir esa atención paterna. Pasar unos instantes en solitario con él, jugar, probarle cariño y hacerle sentir valorado y seguro son ciertos elementos ideales para asistirle a enfrentar la novedosa situación.
- Eludir, en la medida de lo posible, que otros cambios significativos en la vida del niño, como un cambio de escuela o vivienda, coincidan con este cambio esencial. Al tiempo, es conveniente sostener los hábitos y prácticas que tienes establecidos (horarios de comida, sueño, prácticas, etcétera.).
- No hagas comparaciones ni fomentes la rivalidad entre hermanos.
- Es primordial procurar hacer un tiempo de buena relación entre los 2, enseñándoles a colaborar y comunicar, asignando al mayor alguna labor relacionada con el precaución del bebé (contribuir a bañarlo o modificarlo,.. .) y animar a los pequeños con expresiones positivas (por servirnos de un ejemplo, “Qué bien lo cuidas”). Se tienen que elogiar siempre y en todo momento los movimientos de generosidad hacia el hermano, tal como alentar proyectos recurrentes que logren estimularlo. Asimismo explicarle las virtudes de ser el hermano mayor, detallando, por poner un ejemplo, los permisos o las cosas que puede llevar a cabo asimismo le tienen la posibilidad de contribuir a sobrellevar la situación.
- Dile a familiares y amigos que asimismo te presten atención a lo largo de tus visitas. Ser siendo consciente de la inclinación a ofrecer excesiva prioridad cariñosa al bebé y intentar evitarlo o compensarlo con el mayor.
- Hacer más simple que logren expresar libremente lo que sienten y los temores que logren tener mediante juegos o dibujos, con la intención de abordarlos apropiadamente en el momento en que se identifiquen.
Había una vez una escultura extraordinaria
en el centro de una enorme localidad. Era la escultura del Príncipe Feliz, hermosa, llevada a cabo de oro fino y piedras hermosas. Todos y cada uno de los pobladores de la región la admiraban y envidiaban, “cuando menos alguien es feliz”, afirmaban los vecinos.
Antes de transformarse en escultura, el Príncipe Feliz vivía, ni más ni menos, que en el Palacio del Abandono. Allí bailó y jugó con sus compañeros. Jamás supo lo que había tras los muros del palacio hasta el momento en que murió y se transformó en una escultura. Desde la altura donde se encontraba en este momento, no podía huír de la pobreza donde vivían varias personas en la localidad.