Dios resguarda el matrimonio. El matrimonio no debe disolverse ni separarse. Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre (Mt 19, 6). El matrimonio católico no solo llama a todos a la santidad personal, sino los llama inseparablemente asimismo a ayudar a la misión de la Iglesia, o sea, al apostolado.
En el transcurso de un viaje de negocios en el sur de California, me detuvieron en un semáforo en colorado por la mañana. Mientras que aguardaba en la intersección, aprecié que un conjunto de trabajadores de la construcción ahora trabajaba duro en la renovación de un viejo lugar de comidas. Como hormigas, carpinteros y otros trabajadores corrían por el edificio, prácticamente todos manteniendo lo mismo: plantas. Vi planos llevados bajo armas, pegados a las ventanas y señalados con entusiasmo por los trabajadores.
El semáforo se puso en verde y continué manejando, pero la escena continuó en mi memoria, recordándome una fácil verdad: no se edifica o moderniza una composición sin un emprendimiento. O, si es de esta manera, ¿de qué forma va a ser ese edificio?
El propósito más esencial en las parejas en enfrentamiento es «romper el período de la negatividad».
En ocasiones de enfrentamiento, asimismo debemos cuestionarnos: «¿Lo que haré o decir es una señal de desamor?» o «¿Va a ser una ofensa para ti lo que haré o decir?».
Naturalmente, la mujer puede meditar: “¿De qué forma puedo tener respeto por él, en el momento en que él es indiferente a mí y mis sentimientos? Eso sería hipócrita.”
¿Es válido el matrimonio civil frente Dios?
En este momento toca contestar a esta última pregunta. Deberíamos ver si el matrimonio civil es válido según la Biblia frente Dios. La contestación corta a eso es que el matrimonio civil es válido frente Dios. El matrimonio por la iglesia solo fué un agregado o un agregado, con eso no deseo decir que no sea esencial.
En mi caso en lo personal, me casé en los dos sentidos pues son igualmente esenciales para mí, me semeja importante tener la bendición de Dios en mi matrimonio con mi mujer y ratificar esa bendición en el matrimonio eclesiástico.