Al comienzo se muestra como una deidad sin rostro y sin forma, cuya fácil intención hace nacer el planeta: «Entonces ha dicho Dios: ‘Hágase la luz’.
Tendemos a ser realmente siendo conscientes de la proyectos de Dios, de sus milagros, curaciones y misericordias, pensamos regularmente en sus mandamientos, las historias bíblicas que nos inspiran a ser mejores cada día, e inclusive meditamos que el regreso de Jesucristo nuestro salvador está cerca, pero en ocasiones nos olvidamos de pensamos en el Dios mismo, en su persona, en su esencia y ser, y es aquí donde nos preguntamos ¿quién es Dios?
En Jeremías 9:23-24 Dios mismo asegura: «¿Quién no hace el sabio de su sabiduría, ni los valientes de su poder, ni los ricos de su riqueza. derecho y justicia, por el hecho de que eso es lo que me gusta»
Abbott-Smith, G. (1923), A Manual Greek Lexicon of the New Testament (Edimburgo: T. & T. Clark
Green, Samuel (1907), Handbook of the Grammar of the Greek Testament (Londres: Religious Tract Society)
Atributos de un dios
Los atributos de los dioses tienen la posibilidad de cambian bastante en dependencia de la tradición religiosa, pero ciertos son recurrentes (si bien no «universales»):
- Ubicuidad Un dios está en todas y cada una partes, como una presencia invisible. Entonces puedes observar todo o estar en múltiples sitios al unísono.
- Simplicidad Los dioses son entidades principales, que como máximo tienen progenitores divinos asimismo, pero que son sencillos de entrada, puesto que argumentan a un grupo de ideas atribuidas, como el dios del sol , el dios del mar, etcétera.
- Poderes Los dioses tienen poderes sobrehumanos y desarrollan Dan forma mentalmente a la verdad a intención, en especial a esos segmentos con los que tienen afinidad. Por servirnos de un ejemplo, el dios del mar asimismo es quien se encarga de las olas, maremotos, etcétera. En la situacion del dios monoteísta, es sencillamente omnipotente, con la capacidad de cualquier cosa.
- Infinito. Los dioses no mueren salvo que sean a manos de otros dioses y, de manera frecuente, tienen la posibilidad de rememorar o tienen la posibilidad de mantenerse en otras formas o en otros cuerpos. El dios monoteísta no conoce el tiempo ni el destino, es eterno y también insondable, en tanto que no está sujeto a las leyes del cosmos que creó.
- Autonomía. Los enormes dioses, como el monoteísta, vienen de la nada sino se hicieron a sí mismos y, por consiguiente, no argumentan frente absolutamente nadie mucho más que frente su intención. Son «el alfa y el omega» (el principio y el objetivo del alfabeto heleno).