La auténtica iglesia es la que obedece todo cuanto Dios manda en Su Palabra (Lucas 24:27, 44, 45; Juan 17:17; Hechos 17:1-3, diez, 11; 1 Tim 6: 3 – 5; 2 Tim 3, 15-17).
Cualquier persona que lea la Biblia con la guarda baja ahora está con un inconveniente en la primera página: justo al principio del libro del Génesis, se encara no solo a 2 cuentos de la creación de todo el mundo, sino más bien asimismo a revela que son contradictorios. En verdad, Génesis 1 cuenta la historia que en tantas ocasiones oímos en el momento en que éramos pequeños, según la que al comienzo de los tiempos todo era caótico y vacío, hasta el momento en que Dios decidió poner orden en ese caos. Antes de comenzar a trabajar, como todo obrero, la primera cosa que hacía era prender la luz (Gn 1,3). De ahí que en el primero de los días de la creación nacieron las mañanas y las tardes. Conque decidió poner un techo sobre la tierra a fin de que las aguas del cielo no la inundaran. Y creó el firmamento (Gn 1,6). Al notar que la tierra era una mezcla fangosa, secó una sección y dejó mojada la otra, con lo que se dieron a conocer los mares y el conjunto de naciones (Gn 1,9). Consecutivamente, con su vigorosa palabra, adornó las diferentes capas de esta obra arquitectónica con estrellas, sol, luna, plantas, pájaros, peces y réptiles. Por último, como corona gloriosa de todos, formó al hombre, lo destacado de su creación, al que formó a su imagen y semejanza. Conque decidió reposar. Había desarrollado a alguien que pudiese hacer su labor (Gn 1, 11-2, 3). Ese trabajo tomó seis días. Y todo se encontraba bien hecho.
Lo mismo otra vez Pero en el momento en que vamos a Génesis 2 viene la sorpresa. Es tal y como si nada de eso hubiese pasado. Volvemos a estar en el vacío total, donde no hay plantas, ni agua, ni hombres (Gn 2,5). Dios regresa a mostrarse en escena y se pone a trabajar. Pero en esta ocasión es muy distinta. En vez de la deidad solemne y grandiosa, en este momento podemos encontrar una deidad con aspectos considerablemente más humanos. Recrea al hombre, pero no a la distancia y con el fácil orden de su palabra, prácticamente sin contaminarse, como antes, sino lo moldea con el polvo de la tierra, le suena la nariz y de este modo le da vida (Gén. 2). ,7). Entonces, por segunda vez, se señala la capacitación de plantas, árboles y animales. Y para hacer a la mujer en este momento utiliza un procedimiento diferente. Pone al hombre a reposar, quita una costilla, llena el orificio sobrante con carne y le da forma a Eva. Entonces se la muestra al hombre y se la da como compañera. En este punto uno se pregunta: ¿por qué razón si en Génesis 1 ahora teníamos el planeta entero, en Génesis 2 debemos regresar a crearlo? ¿Asegura la Biblia que hubo 2 producciones al comienzo de los tiempos?
La parábola del trigo y la cizaña
Dios nos logró comprender admitir las falsas iglesias mediante la parábola del trigo y la cizaña.
Mateo 13:24-30 “Y les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es similar a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras que los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo y salió. Y en el momento en que la yerba afloró y dio fruto, apareció asimismo la cizaña. Entonces vinieron los criados del padre de familia y le afirmaron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Dónde, entonces, está la cizaña? Él les ha dicho: Un enemigo hizo esto. Y los sirvientes le afirmaron: ¿Vamos a romperlo? Él les ha dicho: No, a fin de que en el momento en que arranquen la cizaña, arranquen asimismo con ella el trigo. Que los dos medren juntos hasta la siega; y en el tiempo de la siega afirmaré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla; pero recopila el trigo en mi granero.
La primera oportunidad que se relata la iglesia en la Biblia
En el momento en que leemos la Biblia, es bueno comenzar a prestar atención la primera oportunidad que se relata un tema esencial. Esto prepara el sendero para entender su avance posterior en el resto de las Escrituras.
La primera oportunidad que se relata la palabra iglesia en toda la Biblia es en Mateo 16:18.
¿Cuál es el llamado de Dios a su pueblo?
Apocalipsis 18: 4 «Y oí otra voz del cielo, que afirmaba: Salid de ella, pueblo mío, a fin de que no seáis participantes de sus errores, ni recibáis sus plagas;»
Dios tiene un pueblo compuesto por personas francas en todas y cada una de las iglesias. Personas que jamás han oído charlar de las verdades bíblicas eternas. Personas que son engañadas por los ministros de estas iglesias. Personas que fueron engañadas por señales y prodigios. Personas que jamás vieron la Ley de Dios en su auténtica luz.