7 Y el primer ser viviente era similar a un león; y el segundo ser viviente era similar a un becerro; y el tercer ser viviente tenía rostro como de hombre; y el cuarto ser viviente era como un águila en vuelo.
“Seres vivientes”, no monstruos
(Apocalipsis 1 a 8) frente al trono de Dios con todos y cada uno de los agentes del bien comprometidos en la salvación de la raza humana. En medio de estos agentes del bien están los descritos como los «4 seres vivientes».
Esta configuración no debe malinterpretarse con otra del Apocalipsis, que hace aparición en el 11:18 al 14:20. Asimismo se muestra con ocupaciones en el santuario, pero representa seres totalmente distintas. Los seres descritos pertenecen a los 2 primeros signos que se describen ahora. La primera, la mujer vestida del sol, se muestra en Apocalipsis 12:1-2. La segunda señal es la de un Dragón, en Apocalipsis 12:3-14:20, que entonces da a luz a 2 bestias. Una vez que los 2 primeros signos interaccionen entre sí, los agentes del mal se representan como horribles bestias simbólicas que se oponen a Dios y procuran la ruina de la raza humana.
Su ministerio
Estos seres divinos declaran la santidad de Dios en adoración, alabanza y devoción. Como los seres de Isaías 6:3, dicen: «Bendito, bendito, justo es Jehová». Se postran y adoran a Dios (Apocalipsis 4:diez). Lo alaban por su amabilidad y clemencia sin límites para con su creación. Adoran con los 24 retirados que tienen «harpas y copas de oro repletas de fragancias, que son las expresiones de los bienaventurados» (Apocalipsis 5:8). Aparte de venerar a Dios, los 4 seres vivientes están en compromiso con la justicia (Ezequiel 6:1–8; 15:7). Y estos seres están en incesante movimiento y ministerio cerca del trono (Ezequiel 1:12–20).
El propósito de las referencias en Apocalipsis, tal como en la visión de Ezequiel, era animar y también inspirar al pueblo de Dios. El mensaje es que Dios está en control, cuidando con regularidad a Sus hijos. Los fieles precisaban entender que un propósito divino supremo estuvo actuando durante los siglos. Da igual imaginar que al servicio de Dios hay seres de 4 cabezas y 4 alas. Pero las formas elegidas para esta presentación profética fueron elegidas únicamente para simbolizar a los mensajeros divinos en sus oficios, capacidades y poderes.
Su ministerio
Estos seres divinos declaran la santidad de Dios en adoración, alabanza y devoción. Como los seres de Isaías 6:3, dicen: «Beato, santurrón, beato es Jehová». Se postran y adoran a Dios (Apocalipsis 4:diez). Lo alaban por su sin limites amabilidad y clemencia para con su creación. Adoran con los 24 jubilados que tienen “harpas y copas de oro repletas de incienso, que son las frases de los santurrones” (Apocalipsis 5:8). Aparte de venerar a Dios, los 4 seres vivientes están comprometidos en la justicia (Ezequiel 6:1–8; 15:7). Y estos seres están en incesante movimiento y ministerio cerca del trono (Ezequiel 1:12–20).
El propósito de las referencias en Apocalipsis, tal como en la visión de Ezequiel, era animar y también inspirar al pueblo de Dios. El mensaje es que Dios está en control, cuidando regularmente a Sus hijos. Los fieles precisaban comprender que un propósito divino supremo estuvo actuando durante los siglos. Da igual imaginar que al servicio de Dios hay seres con 4 cabezas y 4 alas. Pero las formas elegidas para esta presentación profética fueron elegidas únicamente para simbolizar a los mensajeros divinos en sus oficios, habilidades y poderes.