El gobierno de los Treinta Déspotas duró solo ocho años, tras lo que se formó una Segunda Confederación, primordialmente para supervisar el poder de Esparta. Poco después, por fundamentos políticos, Atenas asistió a proteger a Esparta de la amenaza del resto polis griegas, con lo que la Confederación se disolvió.
Introducción
La Guerra del Peloponeso fue una sucesión de enfrentamientos entre el 431 y el 404 a. a la Liga de Delos dirigida por Atenas contra la Liga del Peloponeso dirigida por Esparta, con el propósito de poder la hegemonía en el planeta heleno. Tras lograr el acuerdo de paz por el que se rindieron, los atenienses vieron ocultar completamente su polis como capacidad naval griega y líder mundial. Tras el intento fallido del 411 a. C., el desenlace de la Guerra del Peloponeso dio rincón a un segundo episodio de gobierno oligárquico en Atenas que sería considerablemente más sanguinolento que el primero: el gobierno de los Treinta Déspotas.
En este gobierno de los Treinta Déspotas resaltan 2 nombres, Theramenes y Critias. El primero de ellos, Theramenes, fue entre los políticos atenienses mucho más relevantes de finales del siglo V a. Participó en el juicio de los en general por el desastre de la guerra de Arginusas, fue el gerente de Atenas en las negociaciones de paz con Esparta y fue entre los integrantes mucho más moderados de este nuevo gobierno oligárquico. Por contra, Critias fue entre los mucho más radicales. Acólito de Sócrates, familiar de Platón, ateo proclamado y con pasión de la vida espartana, Critias regresó a Atenas en el final de la guerra tras ser exiliado tras la caída del gobierno de los Cuatrocientos, del que asimismo era integrante.
Ilegitimidad
Un tirano puede llegar al poder con la intervención de fuerzas extranjeras.
De entrada, como ahora se dijo, todo tirano sube al poder de hecho, o sea, por la fuerza y la crueldad: por golpe de Estado, intervención de fuerzas extranjeras o aun por insurrección habitual. Esto podría representar, el día de hoy, incontables artimañas o desaciertos políticos, pero en cualquier caso encajan con el origen ilegal y forajido del gobierno del tirano.
• ► Los Treinta Déspotas
En Atenas, los espartanos favorecían el gobierno de los Treinta Déspotas.
Atenas había firmado la paz, detallando que sostendría la vieja constitución, pero para Lysander, el victorioso general espartano, esta solo podía ser la constitución anticuada.