Antes, el valor era de $diez,000, pero los últimos 28 títulos cuestan en torno a $5,000.
La situacion de la presunta venta de títulos nobiliarios a adinerados donantes del Partido Socialista produjo un nuevo escándalo ayer en Reino Unido, en el momento en que se descubrió la presencia de un expediente que demanda una solicitud de Lord Levy, el primordial fiscal recaudador de dinero socialista, para «modificar» a favor suyo la información entregada a Scotland Yard sobre este espinoso tema. La aparición del archivo, publicado ayer por el períodico The Guardian, complicaría aún mucho más la situación de Lord Levy, que fué detenido y también interrogado por la policía británica en un par de ocasiones por su presunta implicación en esta maniobra que puso en cuestión al Gobierno de Tony Blair. Según lo anunciado por el períodico británico, Levy solicitó a la directiva de Relaciones Institucionales de Downing Street, Ruth Turner, la «modificación» de ciertos datos del informe del caso que el responsable había elaborado el año pasado para enseñar. a las autoridades policiales. periódico, forma un factor central en la investigación oficial, puesto que la relación entre Levy y Turner, asimismo detenido y también interrogado en otras un par de ocasiones, es de primordial relevancia para discernir el nivel de compromiso del Gobierno en la venta de escaños en la Cámara de Representantes. Señores a doce hombres de negocios próximos al Partido Socialista oficial. La policía transporta un año estudiando esta supuesta venta que, de confirmarse, violaría una ley de 1925. Pulse stop Pero este no fue el único quemacocos que debieron sentir ayer las autoridades británicas. A poco tiempo de la difusión de la novedad y una excepcional cobertura en radio, televisión y websites locales, asimismo se conoció que la publicación del producto de The Guardian fue tentada de abortar por el Fiscal General del Estado, Lord Goldsmith. Después de investigar el contenido del producto, mandaron al períodico una orden judicial para interrumpir la publicación de la primera edición del matinal, los abogados de The Guardian consiguieron un recurso de amparo de la Justicia para anular su efecto y por último consiguieron que la novedad de La situacion llegó a manos de los que leen.En un aviso grupo, Scotland Yard y Lord Goldsmith lamentaron la publicación del producto, al estimar que «algunos puntos» de su contenido «tienen la posibilidad de dañar» el avance de la investigación. Pero este razonamiento fue rechazado por los abogados del periódico, puesto que, según los abogados, los datos incluidos en el informe «fueron consultados con Lord Levy» y con nuestra policía. «El producto tiene buenas fuentes y su contenido es precisamente de interés público. En este país hay un principio bien predeterminado que revela que el Estado no puede ejercer la censura anterior sobre los diarios», concluyeron los defensores.
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