Siete siglos fue el tiempo que los romanos estuvieron en Hispania, en el territorio de la Península Ibérica. Y en esos siglos, desde el 218 a.C. Hasta el siglo V, el Imperio edificó enormes monumentos que representaban el esplendor de Roma.
Los enormes hechos y procesos históricos jamás tienen solo una causa, son multicausales. Es la situacion de la caída del Imperio De roma cuya caída se inició en el siglo III y acabó con la invasión de Roma por la parte de los germanos en el año 476.
¿Qué es una crisis? Es un periodo de cambios y transformaciones en el que se cuestiona lo viejo, pero no desaparece completamente, sino se convierte en algo nuevo y diferente. De esta forma sucedió en Roma desde el siglo III, en el momento en que la ciudad más importante comenzó a perder su autoridad clásico como centro del Imperio y las provincias adquirieron poco a poco más autonomía. El Imperio era muy grande y bien difícil de supervisar. Todos los ejércitos regionales trató de imponer a sus en general como emperadores, lo que provocó enfrentamientos internos y aumentó la debilidad de Roma.
Guerra Numantina
Pero volvamos al 143 a.C. C. En ese año, la resistencia de Viriato se encontraba en su auge y los celtiberos eligieron sublevarse asimismo. Se inició de este modo la tercera guerra celtibérica, mucho más famosa como guerra numantina. El cónsul Quinto Cecilio Metelo, general victorioso en Grecia, fue enviado a Hispania con un ejército de 32.000 soldados. Sobre el papel, un enorme ejército comandado por un líder tan competente debería haber logrado una rápida victoria sobre los celtiberos, pero la guerra en España fue muy distinta a la de Grecia. En Grecia, el cónsul luchó contra estados cohesionados, pero en Hispania los pueblos indígenas estaban divididos, con lo que no habría una guerra definitiva, sino más bien una secuencia de reyertas y peleas que transformaron el enfrentamiento en una genuina guerra de desgaste.
El cónsul atacó la comarca de los vacceos, pueblo prerromano asentado en la región central del valle del Duero, para recortar cualquier asistencia que tengan la posibilidad de prestar a los celtiberos. Su sustituto atacó a Numancia, la localidad celtibérica más esencial, con unos diez.000 pobladores, población que el día de hoy sería la segunda mucho más grande de Soria. Numancia se encontraba ubicada estratégicamente sobre un cerro para supervisar la comarca próxima y como paso del Duero. Una vez que los romanos fuesen rechazados en Numancia, procuraron tomar la segunda localidad más esencial de la zona, Thermantia, pero asimismo fracasaron.
La caída del imperio
Su sustituto, Cómodo, era un fanático de las luchas de luchadores. Formar parte en ellas le interesaba mucho más que el Imperio y de ahí que fue traicionado y ejecutado. En este ámbito, como siempre y en todo momento sucedió, otra guerra civil dio paso a la dinastía Severan. Próximamente hubo mandatarios con las especificaciones de Cómodo, como Caracalla. Los Severi tenían una enorme predominación oriental, enormes inconvenientes con las invasiones salvajes y una dependencia considerablemente mayor de lo común en el ejército.
Un ejército que, en el 235, mató al último de los Severi que tomó el mando del Imperio. Múltiples en general se sucedieron en el cargo de emperador durante unos 50 años en los que Roma se hundió poco a poco más en una profunda crisis. En esta etapa, donde su primordial preocupación era intentar contener todas y cada una de las embestidas de los pueblos salvajes, la pobreza, el apetito y las luchas internas eran la verdad romana.
¿Qué fue el Imperio De roma?
El Imperio De roma fue la última de las tres fases en la crónica de la civilización romana. Los romanos fueron una vieja civilización que se asentó en la península itálica y conquistó una gran parte de Europa, el norte de África y Oriente Próximo. Si bien su crónica empezó siete siglos antes, el periodo imperial se extendió desde el 27 a.C. C. hasta el 476 d. C., en Occidente y 1453 d. C. en Oriente.
Este periodo fue considerado «los siglos dorados» por los historiadores tradicionales, debido al hecho de que Roma se estableció como la capacidad dominante sobre el mar Mediterráneo, el norte de África, el oeste de Asia y el suroeste de Europa.