600 Según distintas fuentes, esa noche fallecieron unos 600 españoles, aparte de un elevado número de indígenas socios de los conquistadores. De este modo, los sobrevivientes del ataque consiguieron llegar a Tacuba para contar la historia.
Escrito por: Hugo Arturo Cardoso Vargas
Ensayo sobre la localización del “Árbol de la Noche Triste”.
El 2 de diciembre de 1547 muere Hernán Cortés, el conquistador de México. En 1520, a lo largo de su campaña, sería ejecutado Moctezuma, tlatoani del imperio azteca. Ahora transcribimos la versión en castellano de la desaparición de Moctezuma, donde afirma que, frente a una revuelta habitual, Moctezuma trató de aliviar a su pueblo desde un techo, pero sus fieles, desilusionados, escogieron un nuevo líder, lapidaron a Moctezuma y lo mataron. muerte. Otra versión, no obstante, mantiene que todos y cada uno de los nobles aztecas fueron ejecutados por los españoles y que, al fallecer, el cuerpo de Moctezuma presentaba lesiones producidas por una espada.
“Tan rápido como se realizó de día, tras encomendarnos a Dios, salimos de nuestro cuartel con nuestras torretas, y con los fusiles, fusiles y ballestas adelante, y la caballería realizando ciertas cargas. Si bien matamos a varios de ellos, no logró nada a fin de que diesen la espalda, pero si lucharon muy valerosamente en los últimos un par de días, eran considerablemente más fuertes y con mucho más fuerzas y escuadrones en este día. El ascenso nos resistió un buen tiempo, no bastaron las torres, ni los tiros, ni las ballestas, ni los fusiles, ni las escopetas; Pues aun deseando agredir a los caballos, todo el patio se encontraba pavimentado con lascas muy enormes que golpeaban las patas y manos de los caballos, y eran tan planas que se caían. Como nos defendían el paso desde las gradas, y de los 2 lados teníamos muchos contrincantes, si bien nuestros tiros diesen en diez o quince de ellos, y con estocadas y embestidas matamos a otros muchos, él atacó a tanta gente.
”Aquí se mostró Cortés, muy masculino, como siempre y en todo momento lo fue. ¡Oh, qué pelea y qué guerra tan fuerte tuvimos aquí! Fue algo digno de contemplar vernos a todos corriendo ensangrentados y llenos de lesiones y otras muertes. Les prendimos fuego a sus ídolos, y se quemó la mayoría de la habitación con los ídolos Huichilobos y Tezcatepuca. Entonces los tlascaltecas nos asistieron realmente bien.