Comer en demasía quiere decir que nos encontramos consiguiendo mucho más energía de la que gastamos. Esta energía agregada se guarda como grasa en áreas del cuerpo como la cintura, las caderas y los muslos. Si no gastamos toda la energía que ingerimos, tenemos la posibilidad de desarrollar un grave problema médico: la obesidad. Pero, ¿por qué razón ingerimos tanto?
Hiporexia: falta de apetito en personas mayores
¿Qué es la hiporexia? La hiporexia se conoce generalmente como la pérdida de apetito en la gente mayores. La hiporexia es un trastorno común, pero pese a ser arriesgado, no se considera una patología. La carencia de apetito puede ser ocasionada por varios causantes, tanto sicológicos como fisiológicos. Los detallaremos ahora.
En el momento en que un individuo padece un trastorno de pérdida gradual del apetito, el consumo de alimentos reduce poco a poco más, aun ciertos pacientes rechazan algunos alimentos. Esto quiere decir que no se consiguen todos y cada uno de los nutrientes precisos y es un enorme peligro para la salud del tolerante.
-Exceso de autocontrol
En ocasiones, en el momento en que nos negamos el apetito fisiológica, como sucede con una dieta restrictiva, puede aparecer la ansiedad por comer.
Asimismo puede manifestarse, se esté o no a dieta, en el momento en que se clasifican los alimentos en buenos o pésimos, tolerados o prohibidos. Si nos encontramos de manera continua refrenando o controlando el deseo de comer algunos alimentos, las ganas de comerlos incrementan. Y en el final pasa lo opuesto y termina siendo una situación desmandada donde la persona termina comiendo enormes proporciones de comida o comida “prohibida”.
Especificaciones del apetito sensible
- Necesidad de comer si bien no sientas apetito fisiológica: precisas ingresar alimentos en tu organismo si bien no sientas apetito ordinaria. Nutrición impetuosa: Además de esto, este género de apetito sensible se caracteriza pues no se sabe el origen de esta necesidad, pero es imposible supervisar. Esto causa que comer sea impulsivo y fuera de control.
- Sentimiento de culpa: es común que, tras este ataque de apetito, la gente se sientan responsables por no sentirse todavía bien o cumplidas. Esto se origina por que la fuente de su inconveniente no se ha resuelto con la comida.
- Comer para sentirse mejor: hay un trasfondo en este accionar que busca una sensación de optimización y confort mediante la nutrición. No obstante, ya que no se soluciona, es común que la persona se sienta triste y desilusionada tras el atracón.