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Por qué los Reyes duermen solos

“Las demandas del deber significan que Philip y la Reina se han habituado a vivir vidas separadas geográficamente”, añade The Daily Beast. “En verdad, aun en el momento en que están juntos, no duermen en exactamente la misma habitación.

Otro día me despierto a las 4 am. La angustia me ocupa en una ola que sube en el momento en que sostengo los ojos libres por el hecho de que ahora sé que no podré regresar a reposar. No sé por qué razón, si ayer todo se encontraba bien, el día de hoy la angustia me regresa a estrangular. Este es mi único instante para redactar y estar solo, pero no pienso que lo consigua. Me levanto. Sendero por la vivienda en la obscuridad intentando de no realizar estruendos para poder ver si mis hijos todavía están durmiendo.

Trato de rememorar las últimas novedades que leí antes de irme a reposar intentando encontrar algo que justifique mi insomnio. La curva de contagios va en incremento, de la misma el número de fallecidos, pero mientras que deambulo por las habitaciones, levantando frazadas del piso y tapando a los pequeños que semejan haber vivido por un huracán en vez de reposar, siento que hay algo mucho más, una incomodidad que viene de un espacio mucho más profundo.

Los 3 elementos primordiales del procedimiento Montessori

Si bien este articulo se enfoca en el tema de la cama, no deseo despedirme sin comunicar contigo los que pienso que son los 3 indispensables elementos del procedimiento Montessori: Seguridad, paciencia y respeto.

¿De qué forma dormían los reyes hace unos siglos?

Desde la antigüedad era práctica que los reyes durmiesen separados, cada cónyuge en una habitación. Solo estaban juntos en el momento en que precisaban tener privacidad, el rey visitaba el dormitorio de la reina. Pero se conoce con seguridad que hubo quienes rompieron esta tradición de la vieja realeza. Por poner un ejemplo, Felipe V y su mujer Isabel de Farnesio estaban muy unidos. Los dos descansaron en exactamente la misma cama a lo largo de la mayoría de sus vidas. Solo la desaparición de Felipe V logró que la reina abandonase el lecho conyugal para ocuparse a algo mucho más sencillo.

Deleito y Piñuela, historiador español de la primera mitad del siglo XX, redacta que las camas de la aristocracia en el siglo XVII estaban cubiertas con una colcha de damasco, adornada con brocado de plata y puntilla de españa. En invierno se utilizaba terciopelo y se cubrían con cortinas de des afines «a fin de que quien se acostase en ellas quedara sepultado». En cambio, en verano se ponían mosquiteras y los jergones se cubrían con piel de vaca para sentir menos calor en tanto que eran de lana.

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