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Por qué Mussolini invadio Etiopía

La guerra era un ingrediente implícito del fascismo italiano y se mencionaba regularmente en lemas como “Cree, Obedece, Pelea”. Otra faceta primordial para Mussolini fue el imperialismo; el Duce se encontraba resuelto a expandir el imperio colonial en África y poder una esfera de predominación en los Balcanes. “Los italianos -ha dicho- debieron estudiar a vivir en un estado de guerra persistente” para ofrecer paso al “siglo del poder italiano”.

Su mirada se centró en Etiopía, entonces llamada Abisinia. El sitio no fue escogido a la suerte. En 1896, un primer intento italiano de apoderarse Etiopía acabó en un rotundo fracaso en la Guerra de Adua y la pérdida de 5.000 hombres (los «98» italianos). La derrota causó enorme convulsión en Italia y, desde ese momento, los campos mucho más nacionalistas se han cobrado venganza al grito de «¡Ricorda Adua!».

Múltiples causas

La intención de Mussolini de alzar la nación italiana y dotarla de un Imperio nuevo, simulando la gloria romana del pasado, basado en África, donde la metrópoli europea controlaba previamente Somalilandia, Eritrea y Libia. En verdad, el deseo de Il Duce era agrandar y poder unificar sus territorios africanos. En 1896, las tropas italianas padecieron la derrota infligida por el ejército imperial etiope en la guerra de Adua, contundente y también excepcional para un ejército europeo en la temporada de la división colonial de África. En verdad, tras la victoria, el Imperio abisinio se liberó de cualquier atisbo de injerencia externa y ha podido formar parte en la división africana, propagando su soberanía a las zonas vecinas. Esta afrenta hirió dificultosamente el orgullo italiano. Por consiguiente, el trauma de 1896 exaltó la imaginación de los ámbitos italianos mucho más nacionalistas, que pretendían redimir la derrota.

Un propósito que Etiopía podía poder, en contraste a las colonias italianas que ya existían, era ser una salida para el exceso de población en la península. En el momento en que Mussolini visitó Libia en 1926, quizás logró asentar la iniciativa de expandir territorios en África, con relación a un territorio no ocupado por ninguna capacidad colonial europea, si bien sí famoso por la Sociedad de Naciones como Estado soberano, paradójicamente. , incorporación que Il Duce apoyó en 1923.

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