Enseñanzas de Localidad del Cabo, la primera megaciudad en quedarse sin agua. En las últimas semanas de 2017, varios pobladores de Localidad del Cabo, Suráfrica, hicieron fila día y noche para atestar viejos jarros con agua de los pocos manantiales naturales de la región.
El encontronazo de la sequía por la carencia de lluvias se puede ver en múltiples sitios. Uno es el Canal 5, clásico curso de agua escogido por varios pescadores marplatenses y de la zona.
En la actualidad, el Canal está sin una gota de agua como lo prueban las imágenes conseguidas por el pescador Gerardo Escudero.
Cuenta recesiva para el día cero
Las perspectivas de lluvias importantes para contribuir a volver a poner los embalses aquí semejan sombrías, y si las cosas siguen como están, cerca del 40% de la región en expansión de Gqeberha se va a quedar sin correr agua.
El Cabo Oriental es dependiente de sistemas meteorológicos populares como «puntos bajos». Estos sistemas de tiempo retardado tienen la posibilidad de generar lluvias de sobra de 50 milímetros (cerca de 2 pulgadas) en 24 h, consecutivas de días de lluvia persistente. El inconveniente es que este género de lluvia aún no llegó.
El vaso precisamente está medio lleno
En el momento en que descubres que el agua subterránea de Houston funciona bien para todo, empiezas a conocer la dificultad de la situación. Pues «todo» quiere decir que la localidad empleó la fuente ideal de agua bebible, asimismo para la industria y la agricultura. Que es algo popularizado en el mundo entero, pero poco sostenible.
El inconveniente de la industria y la agricultura es que consumen mucha agua. Pero, por otra parte, una localidad debe tener industria para progresar. Hay que localizar la estabilidad, pues la localidad debe ser con la capacidad de proveer a esta industria una fuente confiable de agua, como las aguas residuales recicladas.
Agua, energía y economía en alarma
Guillermo Lanfranco es el gerente de comunicación de Águas Santafesinas, la compañía encargada de depurar el líquido extraído del Paraná y ciertos de sus afluentes, y él sabe primero – entre entre las secuelas mucho más visibles que podrían padecer los costeros si este descenso se acentuara en los próximos meses. “El día de hoy las bombas de succión trabajan forzadas, con mucha presión mecánica para sostener el suministro preciso, pero si el nivel del río baja aún mucho más, quizás debamos cambiar. Jamás antes habíamos pasado por una situación de esta manera”, afirma con claridad en el reportaje Bajo Río, efectuado por la Facultad del Rosario, en el que explota para soliciar a la población que comience a moderar el consumo para eludir futuros desabastecimientos.
La luz asimismo tiene sus inconvenientes. Si bien en los últimos días de julio los causantes de la usina de Itaipu, situada en la frontera entre Paraguay y Brasil, a pocos km de la triple frontera con Argentina, han garantizado el suministro de energía más allá de que el nivel del embalse está bajo sus límites históricos. , absolutamente nadie puede decir que la situación logre cambiar en unos meses si la primavera no trae las lluvias tan aguardadas. “Las represas de la cuenca alta están operando al 35% de su aptitud, y la de Yaciretá (mucho más al sur, entre Paraguay y Argentina), cerca del 50%. Si no llovizna, tenemos la posibilidad de tener inconvenientes con el suministro de energía”, advierte Gustavo D’Alessandro.