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Qué dice 2 Reyes 20 5

5 Regresa, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: De esta manera dijo Jehová, Dios de David tu padre: He oído tu oración; Vi tus lágrimas. Hete aquí, te sanaré; al tercer día subiréis a la vivienda del Señor.

2Re 20:1 En esos días Ezequías cayó dificultosamente enfermo. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le ha dicho: De este modo afirma el Señor: Coloca tu casa en orden, pues vas a morir y no vas a vivir. 2Re 20:2 Y vuelto su rostro hacia la pared, oró a Jehová, diciendo: 2Re 20:3 Te suplico, SEÑOR, te suplico, que he andado enfrente de ti de verdad y con corazón recto, y que he hecho las cosas que te complacen. Y Ezequías lloró con enorme lamentación. 2Re 20:4 Y antes que Isaías saliese al medio del atrio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 2Re 20:5 Regresa, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: De este modo dijo Jehová: el Dios de David, tu padre: Escuché tu oración y vi tus lágrimas; hete aquí, yo te sano; al tercer día subiréis a la vivienda del Señor. 2Reyes 20:6 Agregaré a tus días quince años, y te libraré a ti ahora esta localidad de mano del rey de Asiria; y defenderé esta localidad por amor de mí, y por amor de David mi siervo. 2Reyes 20:7 Y ha dicho Isaías: Toma una masa de higos. Y tomándolo, lo pusieron sobre la herida, y curó. 2Re 20:8 Y Ezequías ha dicho a Isaías: ¿Qué señal voy a tener de que el SEÑOR me sanará, y al tercer día voy a subir a la vivienda del SEÑOR? 2 Reyes 20:9 Isaías ha dicho: ¿Deseas que te dé esta señal del Señor, de que el Señor va a hacer lo que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? 2Reyes 20:diez Y Ezequías respondió: Simple es que la sombra baje diez grados; pero no que la sombra recule diez grados. 2Reyes 20:11 Entonces el profeta Isaías clamó al SEÑOR; y también logró retroceder la sombra los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados hacia atrás. 2Reyes 20:12 En aquel tiempo envió Merodac-Baladan, hijo de Baladan, rey de Babilonia, mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, por el hecho de que oyó que Ezequías se encontraba enfermo. 2Reyes 20:13 Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la vivienda de sus bienes, plata, oro, condimentas aromatizadas y bálsamos hermosos, y la vivienda de sus armas, y todo cuanto había en sus bienes; nada quedó que Ezequías no les mostrara, ni en su casa ni en sus dominios. 2 Reyes 20:14 Entonces vino el profeta Isaías al rey Ezequías, y le ha dicho: ¿Qué afirmaron esos hombres, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: Vienen de tierras lejanas, de Babilonia. 2 Reyes 20:15 Y él le ha dicho otra vez: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo cuanto había en mi casa; nada quedó en mis bienes que no te mostré. 2Re 20:16 Entonces Isaías ha dicho a Ezequías: Oye palabra de Jehová: 2Re 20:17 Hete aquí vienen días en que todo cuanto está en tu casa, y todo cuanto tus progenitores han acumulado hasta hoy, va a ser tomado. a Babilonia, sin dejar nada, afirma Jehová. 2Re 20:18 Y de tus hijos que nacieren de ti, que tú engendraste, van a tomar, y van a ser eunucos en el palacio del rey de Babilonia. 2Reyes 20:19 Entonces ha dicho Ezequías a Isaías: Buena es la palabra de Jehová que has hablado. Entonces ha dicho: Va a haber cuando menos paz y seguridad en mis días. 2 Reyes 20:20 Lo demás de los hechos de Ezequías, y su poderío, y de qué forma logró el estanque y el acueducto, y llevó las aguas a la localidad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? ? 2Reyes 20:21 Y durmió Ezequías con sus progenitores, y reinó en su rincón Manasés su hijo.

COMENTARIO HISTÓRICO DE 2 REYES –

Dios manda al profeta Isaías a comunicar al rey Ezequías que debería poner su casa en orden por el hecho de que iba a fallecer. Ezequías tuvo el privilegio de arrepentirse para estar en medio de una comunión con Dios y enmendar su historia antes de fallecer. No obstante, el rey lloró y oró a fin de que Dios cambiara su resolución. Una de las razones por las cuales no deseaba fallecer era por el hecho de que no tenía hijos. Le brindaron otros 15 años de vida y en el momento en que Ezequías murió, su primogénito Manasés tenía 12 años. Si hubiese accedido a reposar en el TIEMPO señalado por Dios, Israel no hubiese tenido el peor rey de Judá, que fue entre las causas del destierro en Babilonia. Como señal, Ezequías solicitó que la sombra de su reloj retrocediera diez grados, y Dios efectuó el milagro. Al contemplar este fenómeno, los astrónomos babilónicos indagaron sobre su origen, con lo que Merodac-baladán envió embajadores a Ezequías para felicitarlo por su restauración y comprender, si era viable, algo mucho más sobre el Dios que podía efectuar tan enorme prodigio. En vez de enseñar al hacedor de milagros, Ezequías mostró sus riquezas. De ahí que, en el momento en que vengan a visitarnos, mostrémoslo primero a Dios, quien es nuestro sustentador y quien nos ofrece sus bendiciones a fin de que seamos prósperos. Hagamos hincapié en que llegamos a «ser» y «tener» se lo debemos a Dios. Alabamos a Dios por sus bendiciones.

“En el momento en que Merodac-baladán oyó que este milagro había ocurrido como una señal para el rey de Judá de que Dios desde el cielo le había concedido una extensión de vida, envió embajadores a Ezequías para felicitarlo por su restauración, y estudiar, si es viable, algo mucho más sobre Dios que podría efectuar tal joya. La visita de estos mensajeros de un gobernante distante le dio a Ezequías la posibilidad de ensalzar al Dios viviente. ¡Qué capaces transformaciones podrían haber tenido sitio si los buscadores web de la realidad en las llanuras de Caldea hubiesen sido inducidos a admitir la suprema soberanía del Dios viviente!”

Lección aprendida

Hay una lección que estudiar de esta historia. En la situacion de soliciar sanidad, el enfermo debe rezar con espíritu de sumisión a la intención de Dios, por el hecho de que solo Dios sabe si la oración respondida va a ser para el bien del que solicita y para la gloria de Dios o no. Los enfermos jamás tienen que reclamar la curación de Dios. Pues habitualmente, en el momento en que se salva la vida de la gente y pasa la patología, caen y cometen errores de los que entonces se arrepienten. En esos casos, podría haber sido bastante superior para ellos haber fallecido en paz realizando borrón y cuenta novedosa que llevar a cabo borrón y cuenta novedosa. Ezequías debería haber orado a fin de que se hiciese la intención de Dios en su historia en vez de sencillamente insistir en la curación.

En Getsemaní, Jesús suplicó al Padre que apartara de sus manos temblorosas el cáliz de la desaparición, pero añadió: «Pero no como yo deseo, sino más bien como tú» (Mateo 26,39). Jesús se sometió sin vacilación ni vacilación a la intención del Padre, pero eso significara padecimiento y muerte. Su impecable sumisión a la intención de Dios ha de ser un caso de muestra a continuar para nosotros.

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