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Qué dice Jeremías 10 14

14 Todo hombre se regresa imbécil y no tiene conocimiento; todo fundidor se abochorna de su ídolo, pues su imagen de fundición es patraña y no hay espíritu en ella.

¿Qué debe ver un árbol de Navidad con un profeta llamado a proclamar la palabra de Dios a los rebeldes de Judá en los días anteriores al cautiverio babilónico? Ciertos afirmarían, bastante; alguien como yo afirmaría, no tanto. El interrogante es si los primeros versículos de Jeremías diez condenan la utilización de árboles de Navidad. En este momento, aun si no me hallas cantando, «Oh árbol de Navidad, oh árbol de Navidad, qué bellas son tus ramas» a lo largo de la temporada navideña, no puedo mencionar que una interpretación y app precisa del artículo que disponemos frente nosotros es: jamás coloques arriba de un árbol de Navidad. Así sea que alguien se ponga uno o no, es dependiente de ellos. Pienso que el tema caería bastante antes que eso en los temas que son discutidos para los cristianos en concepto de su conciencia (ver Romanos 14:1-22, 1 Corintios diez:23-25) versus las cosas prohibidas por las Escrituras. El inconveniente en Jeremías diez no es, como ciertos han sugerido, la decoración de los árboles; el inconveniente es la idolatría y su disparidad (Jeremías diez:8). Saltemos al artículo y observemos de qué forma se lleva a cabo el pasaje a fin de que tengamos la posibilidad percibir lo que el artículo debe decir en comparación con la charla fuera de sitio que lo circunda.

Como nos encontramos familiarizados a conocer, el verso inicial de nuestro artículo está relacionado al verso final del capítulo previo. Habiendo reconocido proféticamente a toda la vivienda de Israel como incircuncisos de corazón (Jeremías 9:26), Jeremías llamó a esa casa a una atención renovada: “Escuchad la palabra que les charla Jehová, casa de Israel. De esta manera afirma el SEÑOR: “(vs.1-2a). Si la vivienda escuchase lo que Jeremías terminaba de decir, que Dios castigaría a los circuncisos con los incircuncisos (Jeremías 9:25), harían bien en prestar atención a su observación de dejar las supercherías idólatras de las naciones paganas. El Señor empezó diciendo:

Juan 16:33

En Dios vais a tener paz. Imagen: Canva

“Estas cosas les he dicho a fin de que en mí tengáis paz. En el planeta vais a tener aflicción, pero confiad, yo he vencido al planeta.”

Meditar las Escrituras

El rechazo de la Palabra de Dios logró que los israelitas se transformaran en esclavos: «Por el hecho de que se sublevaron contra las expresiones del Señor y aborrecieron el consejo del Altísimo. De ahí que quebrantó sus corazones con trabajo; Cayeron, y no hubo quien los socorriera” (Salmo 107:11-12). Para ser libre y mantenerse libre, aliméntate todos los días con la Palabra de Dios que da vida.

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Árbol de Navidad en Jeremías diez

Traducción del Ministerio Beckfords

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