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Qué dice Marcos 16 16

16 El que creyere y fuere bautizado, va a ser salvo; pero el que no creyere, va a ser culpado.

Introducción. Jesús ha dicho en Marcos 16:16, “El que creyere y fuere bautizado, va a ser salvo; pero el que no creyere, va a ser culpado”. Marcos 16:16 es una parte de la Enorme Comisión de Jesús. Este encargo que Jesús dio a sus apóstoles fue universal y para esta dispensación final, judíos y gentiles por igual. Ya que supone la salvación, es de enorme importancia y también interés para todos y cada uno de los hombres de el día de hoy. En este estudio, vamos a hacer una exégesis de Marcos 16:16 señalando su sitio en la Enorme Comisión, una exploración de la gramática del versículo y el concepto consiguiente, examinando los razonamientos de que el versículo no es genuino, teniendo en cuenta cinco puntos de vista distintas. :16, y apreciando dónde Dios ha puesto el bautismo con relación a la salvación no cristiana.

La Enorme Comisión y Marcos 16:16. La enseñanza de Jesús en Marcos 16:16 es consistente con la enseñanza de Jesús que está en otros sitios sobre la Enorme Comisión. Note la Enorme Comisión registrada en los Evangelios Sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas:

Bautismo y Marcos 16:16

Los regeneradores bautismales con frecuencia utilizan este versículo de Marcos para instruir que el bautismo es requisito para la salvación. Afirma que el que crea y sea bautizado va a ser salvo. Por consiguiente, concluyen que el bautismo es una sección que se requiere para ser salvo. Pero, ¿prueba este versículo que el bautismo es requisito para la salvación? no por nada

No se nos comunica en este versículo que el bautismo es un requisito para la salvación y les mostraré por qué razón no. De manera fácil podría decir que el que cree y va a la iglesia se salvará. ¿Pero es esto cierto? No. Pues lo que salva es una opinión, no una opinión sobre otra cosa, en un caso así, proceder a la iglesia. De igual forma, si crees y lees tu Biblia. Leer la Biblia no es lo que te salva; mucho más bien, es meditar en Cristo, en su sacrificio, lo que salva. Tanto proceder a la iglesia como leer la Biblia prosiguen a la salvación. Es verdad que varias personas van a la iglesia y leen la Biblia, pero eso no quiere decir que sean salvos.

Los Dones del Espíritu Santurrón en la Biblia – 1 Corintios 12:4-11

4 No obstante, hay distintas dones, pero exactamente el mismo Espíritu. 5 Y hay variedad de ministerios, pero exactamente el mismo Señor. 6 Y hay variedad de operaciones, pero Dios, que hace todas y cada una de las cosas en todos, es exactamente el mismo. 7 Pero a cada uno de ellos le resulta dada la manifestación del Espíritu para su beneficio. 8 Pues por el Espíritu le fue dada palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según exactamente el mismo Espíritu; 9 a otro, fe por exactamente el mismo Espíritu; ahora otro, dones de sanidad por exactamente el mismo Espíritu. diez a otro, para realizar milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; para otro, distintas géneros de lenguas; ahora otro, interpretación de lenguas. 11 Pero todas y cada una estas cosas las hace uno y exactamente el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno de ellos particularmente como desea.

Los dones del Espíritu Beato son capacidades sobrenaturales dadas por Dios a los fieles para asistirlos a cumplir su propósito y ser útil en la iglesia y el planeta. Estos dones se hablan de en la Biblia, particularmente en el libro de 1 Corintios 12:4-11.

Bautismo en Cristo

La Biblia exhibe que Jesús mismo fue bautizado, si bien no tenía por qué razón serlo. Logró esto para lograr cumplir toda justicia en todos y cada uno de los sentidos, pero Jesús no precisaba arrepentirse y ser bautizado. No tenía ningún pecado del que arrepentirse, conque no fue de ahí que que fue bautizado.

Juan el Bautista se resistió a bautizar a Jesús pues sabía que Jesús no precisaba arrepentirse y ser bautizado; .

El que crea y sea bautizado no se salvará.

2 conjuntos afirman este criterio:

  • Ateos—esos que niegan en un Dios para salvarlo, en el pecado para salvarlo de , un paraíso para los salvos o un infierno para los no salvos.
  • Religiosos que no son cristianos—que creen en Dios (o dioses), pero no piensan que la salvación está en Jesús.

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