11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los fallecidos a Jesús mora en nosotros, el que levantó de los fallecidos a Cristo Jesús vivificará asimismo nuestros cuerpos fatales por su Espíritu que mora en nosotros.
El Espíritu de aquel que levantó de los fallecidos a Cristo Jesús mora en nosotros
Hermanos: Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, por el hecho de que la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús Liberó de la ley del pecado y de la desaparición. Lo que era irrealizable para la ley, siendo desgastada por la carne, Dios lo logró: mandando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a raíz del pecado, condenó al pecado en la carne, a fin de que se cumpliese la justa exigencia de la ley. en nosotros, los que no obramos de conformidad con la carne, sino más bien con arreglo al Espíritu. Por el hecho de que el que vive según la carne, las cosas de la carne quiere; mucho más bien, los que viven según el Espíritu quieren las cosas del Espíritu. El deseo de la carne es muerte; mucho más bien, el deseo del Espíritu, vida y paz. Por ende, el deseo de la carne es hostil a Dios, pues no se sosten a la ley de Dios; ni puede someterse. Los que están en la carne no tienen la posibilidad de agradar a Dios. Pero nosotros no vivís según la carne, sino más bien según el Espíritu, si el Espíritu de Dios mora en nosotros; En cambio, si alguien no posee el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en nosotros, el cuerpo ha muerto a raíz del pecado, pero el espíritu vive gracias a la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los fallecidos a Jesús mora en nosotros, el que levantó de los fallecidos a Cristo Jesús vivificará asimismo nuestros cuerpos fatales por exactamente el mismo Espíritu que mora en nosotros. V/. «Palabra de Dios». R/. «Te alabamos Señor».
Peculiaridades de Romanos 8, «Libre de la ley del pecado»
Puntos que tienes que estimar sobre Romanos 8:37
Las situaciones de la vida son ineludibles, las pruebas en el sendero son una parte del desarrollo de transformación en nuestra vida en Cristo, no tenemos la posibilidad de olvidar que en Romanos 8:7 somos mucho más que campeones si aplicamos y tenemos en cuenta los próximos puntos:
En el momento en que en la mitad de la prueba no dejo de opinar en la promesa de fe de aquel que me llamó, el padre del cielo, en el momento en que todo sale mal, soy el ganador, ¿por qué razón? Somos campeones en el momento en que, en la mitad de las pruebas, nuestra fe no se desgasta, no se calma y sigue estable en Aquel que nos dio la promesa.
¿Qué es lo que significa “cuerpos fatales” en Romanos 8:11?
1 Cor 15 39-49 RVR1960
39 No toda carne es exactamente la misma carne, sino una es la carne de los hombres, otra la de las bestias, otra la de los peces y otra la de las aves .