La fantasía es una composición persistente, es una contestación del sujeto y como contestación hay algo de la condición del sujeto. Es por este motivo que Lacan mantiene que ?no hay ejemplo de espectro que, adecuadamente atacado, no reaccione repitiendo su forma espectral? (LACAN, 1958/9, p. 433).
*Anunciado en la gaceta Elecciones Económicas nº 79.
2 terremotos, el sanitario y el económico, sacuden al planeta de una manera sin precedentes. Y varios sentimos temor o angustia frente a una situación que tenemos la posibilidad de organizar de catástrofe por carecer de contestación bastante. Hay un temor operacional que nos lúcida en el buen sentido. Es una afección frente a la percepción de un riesgo de afuera que nos puede perjudicar. Su función es asistirnos a ganar visión sobre la situación para achicar al límite la exposición al riesgo. Tiene un propósito exacto: la supervivencia. Nos transporta, en un caso así, a lavarnos las manos, sostener la distancia de seguridad, no salir de casa, etcétera. No obstante, aparte de este temor con una función precisa, cada sujeto interpreta la amenaza de manera diferente. El sentimiento de incredulidad y también indecisión que aparece frente a un hecho poco afortunado tiende a ser poco llevadero para el hablante. En algún momento lo cubre de concepto. Cada uno de ellos llena este “no entender qué va a pasar” con los temas fantasmáticos con los que cada uno de ellos responde a la inexistencia del Otro. Con este hecho, se puede observar de qué manera varios sujetos adquirieron conocimiento salvajemente sobre esa inexistencia del Otro, y va a ser el espectro de cada uno de ellos el que va a venir a colonizar el orificio. Podría ser el temor a la desaparición (propia, la de un individuo cercano). O pobreza. O que tus nudos con el resto se deshagan. O aloquecer, etcétera. En todo caso, y por el momento, pocos tienen la posibilidad de olvidar que las caras son solo caras. Termina de empezar un trabajo de desafío para cada uno de ellos y esto semeja menoscabar la aptitud de concentración que se requiere para generar.
Transcripción
El deseo, desde su origen, actúa en el intervalo, en esa brecha que divide la articulación de la palabra. En frente de la presencia primitiva del deseo del Otro, opaco, obscuro, el sujeto está sin elementos, está indefenso.
La presencia primitiva del deseo del Otro es el fundamento de lo que el análisis posiciona como “experiencia traumática”. En el Seminario “El deseo y su interpretación”, de 1958-59, Lacan afirma: “El sujeto se protege de su desamparo y, por ese medio que le proporciona la experiencia imaginaria de la relación con el otro, edifica algo que, opuestamente a la experiencia del espéculo, es maleable con el otro”.