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Qué es el pánico en lo espiritual

Espiritualmente, la ansiedad y los accesos de pánico tienen la posibilidad de hacernos sentir desconectados y absolutamente solos en el cosmos. Puede tomar bastante trabajo afianzarnos en la verdad de la vida diaria y la verdad del deleite de Dios en nosotros y su amor infinito.

No, el acceso de pánico no es lo que sientes en el momento en que tienes la compromiso de predicar el Evangelio o en el momento en que debes ofrecer clases de Biblia a pequeños de 5 años. Un acceso de pánico es algo considerablemente más abrumador y angustioso para todos los que lo experimentan. Alguien podría describirlo como una sensación de fatalidad inminente o tal y como si todo estuviese fuera de control. Es un episodio espontáneo de temor que empieza de pronto y puede perdurar desde unos minutos hasta una hora. Puede presenciar cualquier combinación de palpitaciones, sudoración, temblores, mal en el pecho, sensación de asfixia, contrariedad para respirar, mareos, hormigueo, temor a fallecer o volverse desquiciado. No es algo que «está todo en la cabeza» como opínan varias personas. Es una contestación de todo el cuerpo a una amenaza percibida pero poco verdadera. En la mayoría de los casos, la persona no puede discernir qué lo causa.

En el momento en que los accesos de pánico se vuelven recurrentes o en el momento en que un solo ataque causa un efecto que altera la vida de la persona (temor a salir de casa, etcétera.), entonces se diagnostica “Trastorno de Pavor”. Un acceso de pánico puede ser tan agotador que el temor a tener otro ataque afín puede aterrorizar a la víctima, tal es así que se evitan sitios o ocasiones que podrían desatar este género de ataque y, como resultado, la vida se regresa limitada.

Sergio Sanz, Sicólogo y Psicoterapeuta, estudioso de substancias enteogénicas para la resolución de enfrentamientos psicoemocionales. Dirección de correo electrónico: [email protected]

En el momento en que un individuo experimenta un «acceso de pánico» (asimismo llamado «crisis de ansiedad» o «acceso de pánico») considera que se morirá oa volverse desquiciado. Esto hay que, la mayor parte de las ocasiones, a que la persona llega a un límite en su historia y accediendo en una etapa de “urgencia espiritual” (como la categoriza Christina Gorf en el libro “La tempestuosa búsqueda del Ser”) en O aquel a quien la vida interna y externa se le quedó pequeña y está frente a una ocasión real de editar su historia si responde con amor a eso que le pasa y recibe el acompañamiento conveniente.

De manera simbólica, a la vida de un individuo le falta aire para respirar pues el control es como una sustancia y cuanto mucho más controlas, mucho más precisas supervisar y menos espacio te queda para respirar. El controlador se transforma en un bucle infinito, da un giro y da un giro, ganando mucho más agilidad.

Sientes presión en el pecho, te cuesta respirar, una angustia te asfixia por la parte interior sin fundamento aparente. Lloras sin comprender lo que te pasa a ti o a los que te cubren. Es la posibilidad idónea para que tu alma se acerque mucho más a Dios.

Esta es la crónica de varios pacientes que asisten a emergencias todos y cada uno de los días. Agobiados, desconcertados, suponiendo que están tolerando un infarto, una descompensación por una patología crónica o cualquier otra causa para localizar una explicación a su situación de hoy. Sin comprender que esta experiencia va alén de lo orgánico, o lo palpable, es una patología del alma, el llamado “acceso de pánico” o “acceso de pánico”.

Creo preciso y oportuno especificar esta nosología particularmente en el artículo, como he pasado por ella, sé de qué manera es y sé de qué manera sanarla.

¿De qué forma tenemos la posibilidad de emplear los versículos de la biblia para los accesos de pánico?

¿En algún momento te has cuestionado dónde se encuentra Dios en todo lo mencionado? ¿Si todavía tiene un plan y una provisión para ti, aun en el momento en que te sientes ansioso? ¿En algún momento te has cuestionado qué afirma la Biblia sobre los accesos de pánico? ¿Tenemos la posibilidad de tomar esta vieja verdad y aplicarla a nuestras vidas aquí y en este momento?

¿Y si hay mucho más? ¿Qué sucede si nos encontramos hechos de forma tan fantástica y fantástica que en nosotros, entretejidos en nuestro cuerpo, alma y espíritu, hay formas dadas por Dios para achicar la ansiedad e inclusive impedir accesos de pánico al modificar nuestra contestación fisiológica a la ansiedad, trayendo paz? Shalom de Dios para nuestros cuerpos, nuestras ánimas y nuestros espíritus?

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