Hete aquí ciertos ejemplos: oniromancia; adivinación mediante los sueños; geomancia, mediante la tierra; piromancia, a través del fuego; selenomancia, mediante la luna; la ornitomancia, mediante las aves; nigromancia, por medio de los fallecidos. La lista, es simple de acertar, es considerablemente más extendida.
Enlucido y también inscripción en la pared del palacio de Babilonia
Asimismo se efectuó enlucido de los grabados en la pared del palacio de Babilonia, como observamos en los pasajes del libro de Daniel. Este personaje debió interpretar el mensaje para los días en que Belsasar ejercitaba su poder. Merced a sus servicios ganó entre los puestos mucho más esenciales del reino.
La esclava poseída por un espíritu de adivinación
Un caso de muestra bíblico de un individuo llevando a la práctica la adivinación está en el libro de los Hechos. En el momento en que Lucas viajaba con Pablo y Silas en la localidad de Filipos, registra un acercamiento con una hechicera:
«Mientras que íbamos al sitio de oración, nos salió al acercamiento una esclava que tenía un espíritu divino y nos trajo nosotros dueños, bastante dinero para la adivinación.
Un diversión
Es esencial tomar en consideración que la iniciativa de adivinación puede aludir a diversos tipos de procesos. Si nos enfocamos en descubrir información que se encontraba esconde o ignota, puede ser un acto relacionado a la lógica o una consecuencia del azar. En la situacion de las conjeturas, comprometen una práctica que va alén de la racionalidad y las habilidades humanas.
Pongamos que hay 2 hombres comentando en la puerta de un teatro. Es la primera oportunidad que se ven; esto es, no se conocían hasta ese instante. En la mitad de la charla, uno le afirma al otro: «Adivina cuántos años tengo». El interlocutor, en el momento en que se le pregunta, expone: «Tienes 54 años». Los datos en cuestión resultan ser adecuados, con lo que se puede decir que el sujeto fue con la capacidad de acertar la contestación.
Ejemplo
Observemos un caso de muestra propio de este efecto básico de adivinanza, pero es posible que te sorprenda si no conoces los principios del álgebra. Si no recuerdo mal, he de estar en primero o segundo de principal (EGB en ese instante) en el momento en que mi padre me jugaba este juego y no tenía la mucho más recóndita iniciativa de de qué manera era viable que él adivinase el número.
Solicita a alguien que piense en un número y después efectúa las próximas operaciones:
La interpretación de signos, datos, elementos fabulosos o geometría esconde para advertir augurios.
La pasión por saber los sitios nos llevó, consecuentemente, al ejercicio de la adivinación. Quizás paradójicamente, esta práctica, tan vieja como la filosofía misma, devuelve al hombre, inmerso en su labor espiritual, a pensar sobre su presente – el presente es el punto medio entre el pasado y el futuro. Este, en verdad, es el punto fundamental de la adivinación: si conseguimos decodificar el presagio, entenderemos en todos y cada instante ese estado intermedio que, paradójicamente, se ajusta a nuestro presente. Las artes adivinatorias hallaron incontables canales para manifestarse, desde la intuición hasta la observación meticulosa, pasando por los viejos oráculos pronunciados en los santuarios, hasta la lectura de distintos elementos, entre libros, calendarios, pinturas y líneas de tiempo dibujadas o codificadas en glifos y sombras. café en una taza. Pero el deseo de articular el futuro, universal y personal, va alén de una profesión inicialmente vieja. Por el hecho de que, como sugirió una vez el escritor Giovanni Papini, el destino no reina sin la segrega cooperación del instinto (y por consiguiente de la intención). Desde esta situación debemos comenzar a entender y contemplar las prácticas adivinatorias, aparte de por su magia, por su aptitud de análisis y, esperemos, por su extrema precisión. Lectura del Té Es muy habitual oír charlar de adivinación por medio de los restos de café que quedan impresos en la taza. No obstante, poco se ha escuchado sobre la lectura de restos de hojas en posos de té (taseografía), una práctica tan complicada como vieja. Es una versión muy similar a la del café, a menos que las formas que halla el lector no son iguales y mucho más varias. Por servirnos de un ejemplo, la figura de un pez es señal de buena suerte, al paso que la montaña presagia una secuencia de óbices futuros. La adivinación mediante la geomancia de arena o la lectura de formas en arena o piedras se encuentra dentro de las artes mánticas mucho más hermosas. Fue muy usada en el viejo oriente musulmán, según múltiples vestigios encontrados. Quienes creen en la geomancia están persuadidos de que hay una “energía escencial” que circunda la tierra y que se libera a la suerte, así sea en el desierto o en un tablero desarrollado para la adivinación. Para ojearlo es requisito comprender el código de figuras geométricas, que en su instante se equiparó con los hexagramas en el artículo del I Ching. Tarot Si bien no se conoce con seguridad quién desarrolló el primer juego, las cartas del tarot han servido como el procedimiento habitual de adivinación más especial. Se hicieron unas 7.000 barajas distintas, todas y cada una bajo un mismo código escatológico, que no nuestro mago puede comprender totalmente. Pero alén de su finalidad adivinatoria, la cartomancia -en especial la del tarot- es una técnica para llevar a cabo perceptibles todas y cada una nuestras conexiones recientes y probables, por el hecho de que como advertía el ocultista Eliphas Lévi: el tarot es un «libro que sintetiza toda la ciencia y donde se infinitas composiciones tienen la posibilidad de solucionar todos y cada uno de los inconvenientes.Adivinación por reflejo (scrying) Este es probablemente el mucho más viejo de los métodos de adivinación.Muchas de las etnias primitivas practicaban esta mancia, aun con exactamente el mismo reflejo del agua.Civilizaciones como la egipcia o practicaban con el apoyo de la pintura, al paso que en la vieja Mesopotamia se usaban vasijas repletas de aceite de obsidiana.De esta práctica asimismo brotó la cristalomancia, que usa la característica bola de cristal para ver y investigar el futuro. Las civilizaciones prehispánicas habían adelantado en el saber de la adivinación desde un inicio por el hecho de que combinaban esta práctica con ciencias como la astronomía y la meteorología, en especial para contar el tiempo en calendarios y adivinar la vida de sus cultivos. Adivinar los granos de maíz acostumbraba a ser una conjetura personal, un procedimiento muy afín al de la arena: los granos se lanzan sobre una área, preferentemente un cuadro blanco (si bien asimismo se tienen la posibilidad de tirar al agua) y se trasladan según la situación en que se ponen caen o flotan o se hunden. Los granos tienen la posibilidad de o no ser de distintas colores y entre las etnias indígenas el número cambia entre 4 y cien granos. La joya de esta lectura reside, como en muchas otras, en la oportunidad de transcribir lo que orbita nuestra energía en esos instantes. *Fotografías: Toniese Gamblin Fontaine ©