Tienen el poder de sanar, de aconsejar, de comprender. Tienen en común entendimientos sobre plantas medicinales, el poder de la naturaleza, salve de animales y hasta minerales sanadores.
Las brujas son figuras presentes en el imaginario de casi todos los pueblos occidentales. La mayoria de las veces son individuos desalmados de cuentos de hadas o leyendas populares. Ellos son los que envenenan, lanzan hechizos, deciden quién debe vivir y quién debe fallecer, quién va a dormir en todo momento o quién va a deber morder la manzana. Son retratados como individuos espantosos y siniestros que quieren el mal a la «buena gente».
Desde la década de 1970, el Movimiento Feminista ha buscado entender la esencia de estos individuos y el instante histórico en el que vivieron. La identificación de la mujer moderna con aquellas “brujas del pasado” es poco a poco más común. Esto revela no solamente la necesidad de salvar algunos valores y hábitos, sino más bien asimismo de ofrecer continuidad a una pelea que fue sofocada por la opresión a lo largo de la Cacería de Brujas.
Hechicera Verde
Hechicera Verde (inkim 3330, licencia Pixabay).
Las brujas verdes son el género de brujas que viven para la naturaleza. Sus ritos y prácticas se efectúan con elementos naturales. Emplean el poder mágico de plantas y animales para realizar sus pociones. Tienen entendimientos de fitoterapia y botánica. Por norma general, usan recetas medicinales con elementos naturales como flores, plantas, yerbas y aceites fundamentales. Tratan con cualquier género de hechicera.
Caza de brujas
En el siglo XV se escribió el Malleus Maleficarum, traducido al español como «Martillo de brujas», un manual para advertir y castigar a las «brujas», atribuido a Enrique Kramer y Jacobo Sprenger.
El primero fue inquisidor en 1479 y su nombre como coautor solo aparecía en la edición de 1490. El segundo era doctor en teología por la Facultad de Colonia y también inquisidor. Este sería entre los puntos de inflexión en la narrativa de la persecución de las mujeres con conocimiento.
Prólogo a la Agenda de la Mujer 2020
“Las brujas en la civilización patriarcal son un insulto, una demonización y un estigma: quien es hechicera es puesto en la parte negativa de todo el mundo, pues La hechicera encarna simbólica y míticamente a la mala mujer: mala madre, madrastra, mujer erótica…
La brujería está en la dimensión de la disparidad por el hecho de que remite a idiomas, códigos y contenidos diferentes a los dominantes y asimismo contraindicado pues trae consigo otra dimensión de todo el mundo