m. y f. Persona con un título nobiliario inferior al de duque y superior al de conde. 2.
De ‘Maritxu’ a ‘Marquesa’
De esta manera nació la historia de historia legendaria de quien sería entre las mujeres promotoras de la gastronomía y la difusión de recetas y el pasito a pasito para su elaboración . No tardó en juntar sus 2 pasiones, la gastronomía y la escritura. Primero lo logró en columnas de cocina que firmó ‘Maritxu’. Más tarde, la literatura que devoraba le logró conocer a otra mujer, la autora francesa Gabrielle Anne de Cisternes de Courtiras, mucho más famosa por el seudónimo bajo el que escribía sus proyectos: ‘La condesa Dash’. Ese seudónimo les inspiró para tener el suyo, y dónde mejor que en entre las novelas de Gabrielle llamada ‘La Marquise de Parabère’, publicada en 1859.
Fotografía encargada de su hijo Victor.
Pero ¿de qué sirve ser conde, marqués o grande?
Tener un título y, más que nada, ser Grande de España significaba disfrutar de distintas permisos, según la temporada histórica: por poner un ejemplo, cobrar alquiler, poder entrar de forma directa a puestos mucho más altos (y mejor pagados) en la ejército o hallar entrada gratis al Palacio Real a la galería de retratos.
El día de hoy, a dios gracias, no quedan ninguno de estos permisos, además de que te tienen la posibilidad de invitar a una boda real o que tienes mucho más opciones de mostrarse en Hola. El último privilegio legal en ocultar fue en 1984: viajar con pasaporte diplomático.
La hembra de sangre azul
En este país hay en vigor 2.824 títulos nobiliarios: 155 ducados; 1.369 marquesados; 946 ayuntamientos; 140 viscosidades; 169 baronías; y seis dueños. Si bien la verdad es que varias personas tienen múltiples distinciones, por esa razón pese a la proporción de títulos, solo hay 2237 personas con honores nobiliarios.
Los sucesos tienen que abonar impuestos si desean heredar estos títulos, y el valor no en todos los casos es exactamente el mismo. Va a depender del género de transacciones, si son directas o transversales, si son títulos acompañados de excelencia o no, y de la modalidad tributaria, o sea, si se relaciona con la homologación de títulos nobiliarios extranjeros (siendo estos últimos el mucho más costoso).