El espacio exterior no está absolutamente vacío de materia (esto es, no es un vacío especial), pero tiene dentro una baja consistencia de partículas, principalmente gas hidrógeno, tal como radiación electromagnética.
El espacio y el tiempo se terminaron. En el momento en que se vaya la luz, ¿qué va a pasar? Se creía que el Cosmos avejentaba conforme se expandía. Pero en este momento se ha concluido que se amplía ferozmente. La expansión enfría el Cosmos y destroza las galaxias. El otro radical es la gravedad, que tiende a agrupar todo. ¿Quién va a ganar? Puede ser una muerte fría: siempre y en todo momento se amplía. La otra es que, si se equilibra, se detendrá en el momento en que alcance la estabilidad. En esta otra opción alternativa gana la contracción, la gravedad. ¿Hacia dónde va el Cosmos?
Al comienzo de la expansión, de la creación de todo, del origen de la gravedad, hace 13.800 millones de años, se comenzó a expandir un punto: el llamado Big Bang. Él creó todo el espacio (espacio-tiempo) y la materia. A lo que nos rodea. Él creó, de la nada, todas y cada una de las galaxias. Sin la expansión, con mucha gravedad, el Cosmos primitivo no se habría creado. El Cosmos nos dió tiempo para formarnos. A lo largo de 13.800 millones de años hemos vivido en una suerte de equilibrio entre la gravedad y la expansión. En los años 20 del pasado siglo se llegó a la conclusión de que cuanta mucho más materia disponemos, mucho más gravedad poseemos. ¿Cuál es la consistencia crítica? La contestación es: 5 átomos por metro cúbico. Por servirnos de un ejemplo, hidrógeno. Si ingresamos mucho más de 5 átomos por metro cúbico, el Cosmos colapsará. Con menos de 5 proseguiría expandiéndose. Después, a los astrónomos les dio la sensación de que había bastante materia en el Cosmos para sostener la consistencia crítica. Daba la sensación de que avanzaba al ritmo conveniente para envejecer. Pero entonces se descubrió, en la década de 1970, que el Cosmos tenía materia que obscurecía todo a su paso y era cinco ocasiones mucho más grande que la materia famosa, tras estudiar la materia predecible del Cosmos. La masa del Sol controla las órbitas de los planetas. Las galaxias hacen algo afín, empujando a las estrellas a órbitas «circulares». Pero las órbitas que midieron los astrónomos, las galaxias, viraban bastante veloz. Aun teniendo en cuenta un orificio negro en su centro. Una fuente agregada se encontraba atrayendo a las Galaxias, pero los telescopios no daban a conocer nada en ninguna dirección. No había nada que la reflejase o la bloqueara y de ahí que se la llamó: materia obscura. Es como una exclusiva partícula llamada materia obscura. El futuro del Cosmos es dependiente de su consistencia en el espacio. Pero es imposible medir. Cualquier cosa que refleje la luz te deja reconocerte a ti e inclusive a otra gente que se interpongan en tu sendero. ¿De qué manera puedes observar, sin luz, la materia obscura? Solo por el efecto de la llamada lente gravitacional, la luz de flexión. Una copa de vino sirve como un ejemplo. La copa en la copa distorsiona la luz conforme pasa mediante la copa de vino. La luz se distorsionará al pasar cerca de un factor de materia obscura.
El fluído obscuro
Pero dejemos estos puzzles mentales atrás. ¿Hay otras elecciones al aspecto que podría tener el cosmos no perceptible? Sí. Uno, si bien el día de hoy semeja discutido, es algo que los astrónomos llaman corriente obscura. En 2008, los astrónomos hicieron un hallazgo bastante interesante. Los cúmulos de galaxias parecían desplazarse en exactamente la misma dirección a millones de km por hora. La fuente podría ser algún género de composición gigantesca, bastante alén del cosmos perceptible, con una predominación gravitacional desmedida. No obstante, los análisis en 2013 del satélite Planck no hallaron prueba de la presencia de este llamado fluído obscuro.
Esta es probablemente entre las imágenes mucho más atractivas. Todo cuanto ves en la imagen (salvo el cuadro inferior izquierdo, por supuesto) son galaxias. Todo. Esta es la imagen del campo ultraprofundo del Hubble, y la área observada es semejante al cuadro colorado que hace aparición justo bajo la Luna. Crédito: NASA y Agencia Espacial Europea