Según los cánones de la onomástica, el título nobiliario mucho más prominente, tras Rey y Príncipe, es el de Duque, seguido en el orden jerárquico de Marqués, Conde, Vizconde y Barón.
Los títulos y rangos nobiliarios tienen una extendida historia, que se remonta a las sociedades feudales de europa. Estos títulos y situaciones de forma frecuente se asociaron con la propiedad de la tierra y el poder político y siguen teniendo un concepto cultural hoy en día, aun en las democracias modernas.
En la parte de arriba de la jerarquía de los títulos nobiliarios está el monarca, asimismo popular como rey o reina. El monarca es la persona de sobra prominente rango en una monarquía y tiene la máxima autoridad sobre el reino. Bajo el monarca están los distintos nobles: duques, condes, vizcondes, barones y caballeros.
La desaparición de Jorge VI, un susto antes de lo que se espera
A inicios de 1952, Isabel y Felipe se embarcan en un viaje a Kenia. Han comenzado con un retiro en «Treetops», un albergue sobre un pozo de agua en el Parque Nacional Aberdare. En la noche del 9 de febrero de 1952, Jorge VI murió mientras que dormía. Una vez que la novedad va a llegar al grupo real, Philip le ha dicho a su mujer que su amado padre había fallecido y retornaron a Londres.
La desaparición del rey fue un golpe horrible para Isabel y Felipe. El Rey había tenido problemas médicos a lo largo de años, pese a ser un hombre parcialmente joven a los 56 años. Isabel y Felipe aguardaban varios años mucho más de relativa independencia. En este momento Felipe era el marido de la reina y todo cambió.
Pero ¿de qué sirve ser conde, marqués o grande?
Tener un título y, más que nada, ser Grande de España significaba disfrutar de distintas permisos, según la temporada histórica: por poner un ejemplo, cobrar alquiler, poder entrar de manera directa a puestos mucho más altos (y mejor pagados) en la ejército o hallar entrada gratis al Palacio Real a la galería de retratos.
El día de hoy, por suerte, no quedan ninguno de estos permisos, además de que te tienen la posibilidad de invitar a una boda real o que tienes mucho más opciones de manifestarse en Hola. El último privilegio legal en ocultar fue en 1984: viajar con pasaporte diplomático.