El zángano es el ejemplar mucho más grande, tiene ojos enormes (el doble del tamaño de las abejas obreras y reinas) y un abdomen largo y robusto. No tienen glándulas odoríferas, con lo que tienen la posibilidad de ingresar en cualquier colmena. Tampoco tienen aguijón.
¿Sabes de qué manera apresar a una hechicera? Es simple, mientras que te anudas la cintura con una «cuerda» tienes que rezar, y continuar con los nudos, uno tras otro, hasta el momento en que no consigas volar y quedes atado al suelo. En el momento en que los primeros fotones del sol lo toquen, va a morir. Este es el mito vivo en Tizayuca, Noble, donde estos seres malvados se muestran en los campos de maíz, afirma Angélica Galicia Gordillo, del Centro de Indagaciones Antropológicas de la UNAM.
Entender la composición y organización de la red social de abejas
La red social de abejas está formada por la reina (que es la única hembra sexualmente creada), las obreras y los zánganos. Cada colonia tiene solo una reina. El propósito primordial de la reina es reproducirse. La reina se aparea únicamente una o un par de veces en su historia (pero con múltiples zánganos), y el apareamiento tiene sitio a lo largo de sus primeros días. Tras aparearse en el aire con los zánganos, guarda el esperma de los zánganos en un área particular del cuerpo y puede poner huevos para toda la vida (3-5 años). El segundo propósito de la reina es ordenar y motivar (a través de feromonas) a las obreras para llenar la carga de trabajo de la colmena. Las obreras (hembras sexualmente subdesarrolladas) son causantes de prácticamente todo el trabajo pesado que necesita la colmena. Esto quiere decir resguardar la colmena, crear panales, cuidar de la reina, adecentar, pulimentar, dar de comer a las crías, guardar, juntar néctar, polen y agua, masticar el néctar y transformarlo en miel empleando enzimas, cambiar la temperatura en la colmena. colmena por medio de la ventilación con sus alas y considerablemente más. El único propósito de los zánganos es fertilizar reinas vírgenes. Los drones no tienen aguijón, con lo que no tienen la posibilidad de resguardar la colmena de los intrusos. No forman parte en ninguna otra operación de colonia que no sea el apareamiento con reinas vírgenes.
La reina es mucho más grande que el zángano y un par de veces mucho más grande que las obreras. Un apicultor puede advertir de manera fácil a la reina: aparte de su diferente tamaño, forma y color, las otras abejas obreras acostumbran a rodear a la reina a una pequeña distancia, exponiendo respeto y permitiéndole el espacio conveniente para desplazarse libremente. Asimismo tienen la posibilidad de dar de comer con la boca su jalea real a lo largo de la reproducción (primordialmente en la primavera). A lo largo del resto del año, proponen una mezcla de polen y miel a la reina. Una reina vive un promedio de 3 a 5 años, pero puede poner huevos a un óptimo ritmo (200.000 huevos al año) en los primeros 2 a 3 años de su historia. Es primordial tener una reina joven y próspera en nuestra colmena (preferentemente hasta los 2 años). Una reina puede poner huevos fértiles o infértiles. Los huevos infértiles se transforman en zánganos, al paso que los huevos fértiles se transforman en obreras o novedosas reinas.