Asimismo se le asocia con el Tiempo y particularmente como el destructor y constructor de todas y cada una de las cosas. En el hinduismo, se estima que el cosmos se regenera en ciclos (cada 2.160.000.000 años). Shiva destroza el cosmos en el final de cada período, admitiendo una exclusiva creación.
Brahma es el dios constructor y Vishnu el preservador de su creación: la vida. No obstante, todo cuanto nace muere, y la destrucción de las cosas es la fuente de la creación. Y a fin de que esta creación dure y se renueve, se precisa un dios que la destroce, pero no bastante. Los brahmanes (curas) hallaron la deidad que llevaría a cabo esta labor: Shiva.
RELIGIÓN
La religión en su viaje a la India
En la mitología hindú, Shiva es una figura tan complicada como impresionante Reforzar en su simbología nos deja ver el pensamiento occidental contemporáneo de una forma diferente.
De todas y cada una de las lecturas probables, quiero las incompletas. O explicado de otra forma, aquellas que dejan un hueco para meditar alén del los pies en el suelo o aun liberarse de su contradicción. En un instante en el que todo el planeta tiene una opinión más que nada para no quedar fuera de la charla, en el que todo el planeta semeja tener una situación tomada o afirma entender una fórmula insuperable de superación, cada vez quiero aferrarme a la indecisión. . La oportunidad de no entender, de no decir, de no opinar, el exitación de rendirse. En ocasiones creo que quizás de ahí que me consuelan ciertas figuras religiosas o mitológicas: no las comprendo, no puedo juzgarlas en un puñado de individuos y en lo inenarrable acercamiento algo de aire. El día de hoy se festeja Maha Shivaratri o «La Enorme Noche de Shiva». Carlo Rovelli, en The Order of Time, advierte que la mitología hindú representa el río cósmico en la imagen divina de un Shiva danzante: su danza rige el curso del cosmos, es el fluir del tiempo. “¿Qué es mucho más universal y visible que este fluído?”, se pregunta.
Shiva es una figura tan complicada como impresionante: es el dios de la destrucción y asimismo de la creación. Entonces, es lógico que cualquier seguridad que trato de evaluar se desvanece conforme profundizo en el tema. Vassilis G. Vitsaxis ha dicho una vez: «Para los occidentales, familiarizarse con el hinduismo es como ingresar en un pasillo obscuro, semeja irrealizable estar seguro de nada, en especial de que va a haber luz en el final de ese pasillo».