Ciertas de ellas: Enseñar y contar. Establece límites. Saber las secuelas. Escuche atentamente lo que dicen. Preste atención. Presta atención en el momento en que son afables. Sepa cuándo no es bueno reaccionar. Intente estar siempre y en todo momento listo para cualquier inconveniente. ¿Mas cosas? ?
Quisiera que este año te propongas criar a tus hijos con el respeto que se meritan: sin anteponer tus intereses a los de ellos, sin chillar ni castigar, sin dejar que la furia domine, comentando, con amor y empatía etcétera. que andas tratando pese a los óbices 🙂
Muchas familias están completamente agobiadas pues sus hijos «no les hacen caso». En el momento en que me preguntan sobre esto, digo: ¿y por qué razón deberían hacerte eso?
Infografía Hijos desobedientes
Para resumir: Les dejamos una infografía «Mi hijo no me escucha»
No tener autoridad
Conforme tus hijos medren y desarrollen el razonamiento ética (precisamente 6-12 años), en el momento en que cuestionen tus órdenes es preferible que les afirmes algo nuevo a «pues yo lo digo», por el hecho de que si no ahondan en esa contestación en esos años, entran en la adolescencia. Tienes mucho más autoridad que eso y tienes que emplearla.
Si bien semeja que los pequeños eligen los regalos y los juguetes, los pequeños precisan mucho más atención de sus progenitores y pasar mucho más tiempo con ellos. Por atención no hablamos solo a agradar sus pretensiones básicas como salud, nutrición, vestido, por ejemplo, sino más bien asimismo pasar tiempo con ellos, haciéndoles comprender por medio de acciones que se les desea incondicionalmente y que como progenitores siempre y en todo momento van a estar libres para ellos. lo que precisen. . requerir. Así, se establece un óptimo vínculo con nuestros hijos y se minimizan las opciones de que su hijo se comporte mal para conseguir la atención de los progenitores que de otra forma no recibe.
La necesidad de límites es primordial
Todas y cada una de las pequeñas y pequeños precisan límites para medrar en un ambiente seguro y conveniente. Los límites dan seguridad, seguridad y hábitos. Debemos sugerir a los pequeños límites en su historia diaria, donde descubran lo que tienen la posibilidad de realizar en la sociedad, las reglas civiles, lo que tienen la posibilidad de o no llevar a cabo en todos y cada espacio, en distintas contextos, tiempos o instantes. Muchos son los límites que experimentamos durante la vida, con lo que integrarlos todos y asimilarlos puede ser muy complejo e inclusive exagerado para un niño o una pequeña de 4 o 5 años. Debemos tener en consideración que nuestros hijos y también hijas tienen sus pretensiones y intentar hacérnoslas ver, expresando lo que desean con todas y cada una nuestras fuerzas. De ahí que no se crea un límite en un solo día, sino la perseverancia y la persistencia nos dejan charlar de un límite consolidado. Por este motivo, es esencial que permanezca cohesión entre todo el ambiente de nuestros hijos en el momento de detallar reglas y límites.
La solución jamás va a ser reclamar, sino más bien realizar necesidades
No es exactamente lo mismo mencionarle a tu hijo ‘Al baño’ que decir ‘¿Piensas que vamos al baño? ‘. En el momento en que le das opciones a tu hijo, respetas su identidad y le das la opción de decirte que no.
Pero ‘¡Si le doy la opción de decir que no, es posible que no me obedezca!’ Lo que ocurre es que un niño que se siente respetado y cuya voz es esencial en el hogar, un niño con aptitud de negociación, es un niño que da menos resistencia a necesidades lógicas y bien explicadas.