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Qué pasa si voy con mi bebé al cementerio

En el momento en que se anda con un bebé en brazos cerca de un panteón, hay que tirar las piedras hacia atrás, para eludir que las ánimas sufrientes se apoderen de los no bautizados (Delia Romero Martínez). Los pequeños no han de ser llevados «por las armas» a los panteones pues tienen la posibilidad de desalentarse o conseguir malas energías.

Tengo ganas de contestar que no, pero es una pregunta que no pienso que tenga una contestación clara. Imagino que es dependiente del niño, edad, familia, fundamento de ir al cementerio.

En mi familia jamás hubo una tradición de conocer el cementerio el día de Todos y cada uno de los Santurrones. Medré alienado de esta práctica y de los cementerios. Mis progenitores tampoco deseaban llevarme a las funerarias ni a los funerales, claro que no hubo muerte próxima hasta el momento en que tuve como diez años y murió mi bisabuelo. Ahí es donde fui y podría haber ahorrado. No tengo un óptimo recuerdo de toda esa gente seria caminando entre lápidas hasta conseguir el sitio donde la depositaron.

De qué manera emprender la primera visita al cementerio

Si el niño tiene esta referencia y le sugerimos una corto visita a la tumba de su individuo cercano, probablemente la iniciativa no sea muy jocoso. Por este motivo, planteamos una secuencia de pautas para hacer más simple este desarrollo:

¿Cuándo debemos efectuar el rito de despedida?

No hay una hora concreta para comenzar el rito de despedida. Esto es primordial pues a veces, si la desaparición se genera antes del último trimestre del embarazo, ciertos progenitores deciden no recobrar el cuerpo del bebé o ciertos centros de salud no proponen esta alternativa.

En otras ocasiones la madre debe quedarse en el hospital tras ofrecer a luz y no puede ir al cementerio oa la cremación.

Superstición de llevar al bebé al funeral

Sé que es Halloween y todo eso, pero es una pregunta seria, y el jornal católico francés La Croix le dio una contestación realmente seria. Daniel Oppenheim, psiquiatra y psicoanalista y creador de Diálogos con pequeños sobre la vida y la desaparición, proporciona consejos a los progenitores de pequeños pequeños.

Cualquier instante es bueno, según el Dr. Oppenheim. Aun los pequeños pequeños y los bebés tienen la posibilidad de acompañar a sus progenitores al cementerio. De paso, apunta que la visita a la tumba da a los progenitores la posibilidad de instruir:

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