Unicamente se ha podido socorrer entre los barcos, que evitó el combate y logró ocultarse en la isla de Santa María esperando de que va a llegar asistencia desde Sevilla. Desde entonces, la mayoría del tesoro de Moctezuma acabó en las cúpulas reales francesas. De nuevo, la ambición de los ejércitos españoles cayó en saco roto.
Tras la conquista de Tenochtitlán y la progresiva extensión de la presencia de españa en México, Hernán Cortés se encontraba algo preocupado por el hecho de que ámbas cartas de relación que había enviado al Rey no habían sido respondidas. De esta forma escribió novedosas epístolas: una tercera carta de relación mucho más otra de carácter privado donde lamentaba no ser respondida.
Y las envió por manos de 2 de sus leales, Alonso de Ávila y Antonio de Quiñones, acompañados de un fantástico tesoro (que, pese al nombre habitual que llevaba, nada debía ver con Moctezuma, que fallecido en el año previo) compuesta por cincuenta mil pesos de oro (de los que nueve mil correspondían al quinto real), mucho más de ocho mil kilogramos de plata (introduciendo una culverina de plata maciza), rebosantes joyas, piezas de jade, una esmeralda en la manera de una pirámide cuya base era del tamaño de la palma de la mano y perlas descritas como del tamaño de avellanas, por ejemplo maravillas.
La historia del tesoro mexica
El académico David Grutas Góngora publicó en la gaceta “Baética: Estudios de arte, geografía y también historia”, un producto que documenta la crónica de los llamados Tesoro de Moctezuma. Y sobre su hallazgo escribió:
“Frente a la negativa del soberano azteca de crear un altar católico en el Templo Mayor de Tenochtitlán para terminar con la idolatría del pueblo azteca. Se escoge llevarlo a cabo en el palacio donde se alojaban los conquistadores. Es aquí donde Alonso Yáñez se encontró con una puerta tapiada y también notificó de su hallazgo a Juan Velázquez de León y Francisco de Lugo, quienes por su parte detallaron al propio Cortés. Tras este muro se halló un fantástico tesoro. De esta manera lo cuenta entre los presentes presentes, el conquistador Bernal Díaz del Castillo”:
DESCRIPCIÓN DE LAS PIEZAS
Las especificaciones se hicieron en estos términos:
“ 1.- Barra o lingote. Material: oro. Origen: posconquista. Dimensiones: longitud. máx. 332mm de ancho medido 25mm. Peso: 1142 kg. Descripción: En la cara superior convexa, hay tres fabricantes o impresiones de 2 X en relieve con un pequeño cuadrado impreso en uno de sus extremos; en la cara plana inferior había 4 sellos con apariencia de letra C, encabezados por una corona de tres puntas y 2 rombos o círculos en el cuerpo de la corona. Estos sellos se muestran organizados en todo el lingote. La área es irregular.»