El Reino de Arabia Saudí es la vivienda de la familia real mucho más rica del mundo. La Casa de Saud ha gobernado desde 1744 e inclusive nombró al país.
Artículo del Evangelio (Mt 19,23-30): En aquel tiempo, Jesús ha dicho a sus acólitos: “Les aseguro que es bien difícil que un rico entre en el Reino de los Cielos. Repito, es mucho más simple que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos. Al oír esto, los acólitos, llenos de desconcierto, afirmaron: «Entonces, ¿quién va a poder salvarse?» Jesús, mirándolos fijamente, ha dicho: «Para los hombres esto es realmente difícil, pero para Dios todo es viable». Entonces Pedro, tomando la palabra, le ha dicho: “Mira, nosotros lo dejamos todo y te proseguimos; ¿Qué vamos a recibir entonces?”. Jesús les ha dicho: “Les aseguro que me habéis seguido en la regeneración, en el momento en que el Hijo del Hombre se va a sentar en su trono de gloria, nosotros asimismo les sentaréis sobre 12 tronos para evaluar a las 12 tribus de Israel. Y todo el que haya dejado viviendas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o recursos a mi nombre, va a recibir cien ocasiones mucho más y heredará la vida eterna. Pero varios primeros van a ser últimos, y varios últimos van a ser primeros”. El día de hoy contemplamos la reacción que provocó en los oyentes el diálogo del joven rico con Jesús: «¿Quién va a poder salvarse?» (Mt 19,25). Las expresiones del Señor dirigidas al joven rico son descubiertamente duras, están destinadas a asombrar, a despertar nuestro sueño. No son expresiones recluidas y eventuales en el Evangelio: veinte ocasiones reitera esta clase de mensaje. Debemos rememorar esto: Jesús advierte contra los óbices que las riquezas ponen para ingresar en la vida… Y, no obstante, Jesús amó y llamó a los ricos, sin demandarles que abandonasen sus responsabilidades. La riqueza en sí es bastante buena, pero su origen si fue conseguida inmerecidamente, o su destino, si se utiliza egoístamente sin tener en consideración a los mucho más desfavorecidos, si cierra el corazón a los auténticos valores espirituales (donde no hay necesidad a Dios). «¿Quién puede salvarse?». Jesús responde: «Para los hombres esto es realmente difícil, pero para Dios todo es viable» (Mt 19,26). —Señor, Tú bien conoces las capacidades de los hombres para obcecar Tu Palabra. Debo decirte, ¡Señor, ayúdame! Transforma mi corazón Una vez que el joven rico salió, entristecido por el apego a sus riquezas, Pedro charló y ha dicho: — Otorga, Señor, a tu Iglesia, a tus Apóstoles, poder dejar todo por ti. «En la regeneración, en el momento en que el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria…» (Mt 19,28). Su pensamiento va a ese “día”, a ese futuro. Eres un hombre con inclinación por fin de todo el mundo, a la plenitud del hombre. En ese tiempo, Señor, todo va a ser nuevo, nuevo, precioso. Jesucristo nos comunica: —Tú, que dejaste todo por el Reino, te sentarás con el Hijo del Hombre… Vas a recibir cien ocasiones mucho más de lo que tienes. dejado… Y heredarás la vida eterna… (cf. Mt 19,28-29) El futuro que prometes a tus conocidos cercanos, a los que te han seguido, renunciando a todos y cada uno de los óbices… es un futuro feliz, es abundancia de vida, es plenitud divina. – Gracias Señor. ¡Llévame a ese día!
De Andygate a Sussexit
En los últimos meses sufrió 2 bajas esenciales: la destitución obligatoria del príncipe Andrés y la marcha facultativa del príncipe Harry, que dejará de ser Alteza Real y comenzará una exclusiva vida en Canadá con su mujer, la ex- actriz Meghan Markle.
El año 2019 acabó con la expulsión del príncipe Andrés, reconocido como el preferido de la reina Isabel. Se puede decir que fue despedido de la compañía por conducta inadecuada.