Ser mujer es homónimo de resiliencia, fortaleza y, más que nada, seguridad: seguridad en nuestras habilidades y capacidades. En la mayor parte de las áreas, ser mujer quiere decir que debemos trabajar mucho más para poder exactamente los mismos objetivos que los hombres, y eso es únicamente una prueba tangible de nuestro enorme potencial.
En los últimos tiempos se ha aumentado claramente la presencia y participación de la mujer en el avance empresarial y la creación de novedosas compañías. Conforme las mujeres triunfaron derechos y han comenzado a ser reconocidas socialmente, lograron empezar a realizarse como seres autónomos, provocando un mayor número de empleos autónomos.
Patrones de accionar y reglas sociales
Un segundo conjunto de estudios se centró en los patrones sicológicos que tienen la posibilidad de perjudicar al mercado de trabajo. Varios ensayos detallan que las mujeres son mucho más reluctantes al peligro, tienen una menor prioridad por los ámbitos confrontados y es menos posible que autopromocionen sus capacidades que los hombres. Estos patrones afectan su trayectoria profesional puesto que, por servirnos de un ejemplo, están menos prestas a correr peligros a lo largo del desarrollo de búsqueda de empleo y admiten ofertas de empleo mucho más veloz que los hombres, aun si no son interesantes. Además de esto, tienen la posibilidad de tener pretensiones salariales mucho más bajas y menos predisposición a negociar sus sueldos y buscar ofertas.
La prueba recomienda que estas diferencias en los patrones sicológicos no solamente se tienen que a puntos biológicos, sino más bien asimismo a reglas sociales que edifican identidades. Por poner un ejemplo, existe prueba de que las pequeñas, gracias a su identidad de género, tienen la posibilidad de opinar que son menos capaces que los hombres para efectuar tareas académicas y asumir permisos de liderazgo. Y esos estereotipos tienen la posibilidad de transformarse en premoniciones autocumplidas: si una chavala piensa que las matemáticas son para los chicos, posiblemente no se esmere en la clase de cálculo o escoja ser ingeniera. Otro ejemplo es el valor que abonan las mujeres en el momento en que sobrepasan profesionalmente a los hombres. Hay, por poner un ejemplo, prueba de que las mujeres casadas que ganan mucho más que sus maridos tienen mucho más posibilidades de divorciarse.
Pero, ¿cuál es la auténtica narración acerca de la simbología del color púrpura y el Día En todo el mundo de la Mujer?
Hay múltiples teorías sobre la simbología del color morado y su empleo en el movimiento feminista.
- Teoría 1: La mucho más popularizada, y que se refiere al incendio ocurrido en 1908 en la factoría Cotton Textile de Novedosa York.