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Que se ve cuando se toma ayahuasca

La gente tienden a presenciar alucinaciones de todo género y por esa razón en la selva amazónica se ingiere acompañado de un guía espiritual o chamán y después de efectuar un ritual particular.

¿Cuáles son los efectos de la ayahuasca? ¿Qué genera? ¿De qué manera son las visiones de ayahuasca? ¿Es verdad que te hace devolver? ¿Es verdad que se puede observar el pasado de la persona que lo toma? ¿Se utiliza como terapia o es una moda mucho más? Estas inquietudes son usuales entre la gente que jamás tuvieron la experiencia de tomar ayahuasca y están con intereses en ella. La contestación no es ni simple ni simple, pero intentémoslo.

seguramente no resulte posible comunicarlo con total precisión, puesto que el efecto de esta vieja mezcla vegetal está alén del concepto de las expresiones. ¿De qué forma puedes argumentar lo que es estar enamorado de alguien que jamás lo ha experimentado? ¿De qué forma detallar el color marino a un ciego de nacimiento o el sonido recogido de un oboe a un sueco que jamás ha oído? Invito al lector a procurar describirlo antes de proseguir leyendo, probablemente entienda la contrariedad de enseñar el efecto de la ayahuasca a alguien que jamás ha experimentado algo tan inefable. «¿Es tan diferente de la regla?», podría preguntarse uno. No, no es así, al revés. Es paradójico, pero el efecto de la ayahuasca es intensamente familiar. Es algo tan natural y familiar como las visiones en los sueños. De todos modos, las visiones de ayahuasca son de exactamente la misma calidad que el planeta de los sueños y, como sucede con los sueños, si la persona que se deja llevar por las visiones de ayahuasca abre los ojos, desciende instantáneamente en la verdad material que le circunda. De este modo, tenemos la posibilidad de decir que la ayahuasca es una substancia soñadora. Sí, ella siempre y en todo momento da visiones, pero no a todos, y es una soñadora, no un alucinógeno, de todas formas. No es requisito cotejar el efecto de la ayahuasca con el de las substancias psicoactivas de empleo recreativo: se equipara lo más reciente con lo ahora popular, si bien no esté relacionado, y esto, atención, es la fuente considerable de los fallos de la raza humana. El planeta visionario de enorme intensidad sensible y conexión espiritual con el Ser interior al que conduce la ayahuasca está lejos del efecto del éxtasis o MDMA, LSD, mariguana y considerablemente más lejos del efecto de la cocaína, la heroína, las anfetaminas, el alcohol y el resto de alucinógenos para empleo recreativo. Mencionado lo anterior, abramos en este momento una descripción tentativa. ¿Qué es la ayahuasca? En resumen, es una mezcla de vegetales que se emplea ya hace cientos de años entre los pueblos indígenas de la Amazonía venezolana, colombiana, ecuatoriana, peruana, boliviana y brasileira para ‘ver’ y tener mucho más ganas de vivir. Es visionario y no visionario al unísono, es dependiente de la persona, de su estado sensible y de su predisposición anterior hacia la percepción de la enorme diosa que abre la ayahuasca. Entendemos que la ayahuasca activa una esquina de nuestro entendimiento donde se guarda la memoria sensible. Asimismo entendemos que activa otro rincón del sistema inquieto central donde se toman las resoluciones, actuando como nexo entre distintas funcionalidades cerebrales. En otras expresiones, con la ayahuasca se despiertan los circuitos y mecanismos biológicos que dejan la creación de novedosas conexiones en nuestro entendimiento. ¿Qué ganamos con estas novedosas conexiones? Bastante, son la base estructural de nuestra vida. Se puede decir que marchan como el S.O. que actúa nuestro accionar, con lo que la mezcla ancestral amazónica actúa como una vigorosa herramienta que nos deja reprogramar nuestro ser a un estado de tranquilidad y fortaleza interior. Sabiendo que el agobio ayuda al agravamiento de varias anomalías de la salud, el potencial curativo y regulador de la ayahuasca —y de esta manera se usa ya hace milenios— no se restringe a la psiquis, sino puede usarse para tratar una extendida lista de enfermedades. . Pero no todo es justo, se precisa cierto estudio para ver absolutamente el efecto de la ayahuasca, por esa razón, según mi investigación, precisamente la mitad de la gente, la primera oportunidad que la ingieren, no tienen idea admitir el efecto de la ayahuasca. la mezcla. Les perjudica, indudablemente y como he comprobado mediante electroencefalogramas, pero no lo reconocen, perciben que les pasó ‘algo’ por causantes laterales. Por poner un ejemplo, no es extraño que la gente que toman por vez primera y no son conscientes del efecto, se sorprendan en el final de la sesión al ver el reloj: “¡No puede ser! Pasaron 4 horas, pero se siente tal y como si hubiésemos estado sentados allí a lo largo de diez minutos. ¿Se dañó mi reloj? No, tu reloj marcha bien, llevamos 4 o seis horas sentados ahí, pero no te diste cuenta y tampoco te dormiste. ¿Es siempre y en todo momento exactamente la misma mezcla de plantas? Otra pregunta recurrente. No me detendré en los puntos antropológicos, etnobotánicos o farmacológicos de la ayahuasca, si bien son de enorme interés para nuestros científicos y hay varios estudios sobre esto que incrementan de año en año. La ayahuasca se prepara mezclando 2 o mucho más plantas muy específicas y existe alguna pluralidad de composiciones probables. Dando el enorme salto cultural que pide el símil, podríamos equipararlo con el vino, del que hay muchas variedades, graduaciones alcohólicas, con y sin gas, de distintas sabores, efectos y colores, si bien para nombrarlo empleamos el término genérico, vino. La preparación de la mezcla amazónica cambia según los conjuntos indígenas, los médicos o chamanes originarios que la organizan y el propósito de consumo, cada uno de ellos guardando celosamente el misterio de su decocción personal. Pese a ello, la ayahuasca es el blend más especial de todo el mundo amazónico, es el nexo de unión entre distintas etnias que tienen en común el consumo individual o colectivo de la bebida soñadora. ¿Cuáles son los objetivos de consumo en la Amazonía indígena? Eles vão desde a cura do desconforto psicológico individual ou grupal, anudé a resolução do que acreditam ser influências estranhas em suas próprias vidas, anudé a cura da dor física, intentando encontrar uma experiência de conteúdo espiritual ou uma revelação pessoal que lhes dê mais força y también ânimo para vivir. Asimismo se consume para “ver” y tomar resoluciones adecuadas, para presenciar una paz y alegría interior muy profunda, para solicitarle a Dios que les asista con los inconvenientes de la vida, para tener visiones de sí mismos o del resto y para forjar nuestro futuro. . Pero la ayahuasca no se utiliza como un dispositivo oracular, como de forma frecuente se malinterpreta en Occidente, sino más bien verdaderamente para prefigurar el futuro personal o grupal al tener visiones de él. La mayor parte de los conjuntos indígenas que consumen la mezcla están persuadidos de que lo que ven a lo largo de una sesión de ayahuasca les va a suceder por el hecho de que lo vieron. De este modo, en el momento en que un individuo tiene visiones trágicas de su porvenir, visiones que no son agradables, tiene, según estos pueblos, una exclusiva ocasión tomando ayahuasca y intentando de cambiar su destino con novedosas y mejores visiones – y este propósito indígena es no es algo que se separe de lo que protege nuestra psicología sistémica con las constelaciones familiares, la PNL y otras academias contemporáneas de psicología del propósito. Si un amazónico toma ayahuasca múltiples ocasiones y es inútil de prosperar las visiones que auguran su porvenir, comprende que algún chamán enemigo, con mucho más fuerza personal que nuestro sujeto, las puso ahí para hacerle algún daño, algo que puede parecer tan asombroso como en Occidente como común entre los pueblos de la Alta Amazonía. En un caso así, el sujeto asiste a un chamán auspicioso para procurar cambiar su porvenir con otras visiones. ¿No te recuerda eso la manera en que trabajan nuestros psicoterapeutas? De esta manera, en términos occidentales, se puede decir que la ayahuasca es una decocción psicoactiva soñadora, no alucinógena, útil en ciertos tratamientos terapéuticos y de autoconocimiento, y para contribuir a conectar con el sentido de la vida misma, cuya pérdida es el núcleo de la neurosis. . A lo largo de un buen tiempo fué estudiado y empleado por antropólogos, farmacólogos, psicólogos y siquiatras de todo el planeta como una herramienta para solucionar distintos inconvenientes. De forma especial, para asistir a quienes precisan eliminar formas de proceder y hábitos apremiantes. Su empleo para arreglar adicciones es un hecho en países como Brasil y Perú, donde es uno de los más importantes tratamientos para las adicciones, la depresión y, por norma general, repito, para la carencia de sentido de la vida, de donde se derivan incontables trastornos neuróticos. , depresivos, deseoso, inconvenientes de personalidad, etcétera. En Europa es dependiente de la legislación de cada país, si bien en ciertos casos es empleado en misterio por psicoterapeutas de nueva generación, para eludir probables inconvenientes con la ley. Frente a lo previo y, como dicen, en este momento el interrogante del millón: “¿Qué me va a pasar si tomo ayahuasca?”. No está mal, salvo que padezcas una patología siquiátrica grave, algo increíblemente extraño, y aun de esta manera puede ser bueno si sabes usarlo terapéuticamente, una práctica que algunos conocen llevar a cabo, afirmemos todo. Te va a ayudar a ser mejor en el planeta y a ver el sentido de la vida. En ocasiones, muy ocasionalmente, el hecho de ser confrontado crea un estado de ansiedad temporal, hasta el momento en que uno u otro consigue empezar a mantenerse. En la primera etapa, que puede ser en la primera sesión o tras múltiples sesiones, cada individuo es dependiente de su resistencia y rigidez sicológica, te vas a ver como verdaderamente eres, si eres con la capacidad de aguantarlo. Experimentarás conmuevas de una intensidad y conciencia poco comunes. En una segunda etapa —nuevamente, es dependiente de cada individuo y puede suceder en exactamente la misma sesión o múltiples sesiones después—, el sujeto ve activada su memoria lejana, logrando tener visiones de su pasado, acompañadas de una sensación muy corporal de limpieza. ese pasado . «Ayahuas-ca me limpió el alma» es una expresión común entre los usuarios primerizos. Dicen los indios Shuar del Amazonas, entre quienes viví y con quienes aprendí a elaborar y utilizar la mezcla, que la ayahuasca —entre ellos Natemª— primero limpia el cuerpo y tras adecentar el cuerpo, limpia el alma. ¿De qué forma limpia el cuerpo? Con una intensa necesidad de devolver o excretar, y con esta limpieza radical el cuerpo se siente mucho más rápido y saludable. Consecuentemente, y sin supercherías exóticas sobre el tema, es conveniente continuar una dieta sana y blanda uno o un par de días antes de la experiencia, más que nada no comer ajo o cebolla ni tomar estimulantes fuertes como el café. Nuestros médicos asimismo están en concordancia en que la mayor parte de las patologías empiezan en el sistema digestivo. De este modo, tras devolver si es requisito —que no en todos los casos es de esta manera—, los músculos pectorales, abdominales y el plexo del sol se relajan, admitiendo que las conmuevas fluyan mucho más. Tercera etapa. Cuando el cuerpo se limpia de desechos tóxicos y de la psique de guerra civil que todos llevamos dentro, entramos en un estado de profunda paz y alegría, de abandono consciente a la experiencia soñadora. La persona, si puede, se siente una parte de algo mucho mayor que ella misma, una parte de la Vida, de Dios, de la Naturaleza. El sujeto revela que su experiencia es el objetivo último de recorrer la Tierra, la experiencia última, y ​​estudiar a abandonarse a ella sin el control incesante y miedoso de lo que los psicólogos llaman el ego, nuestro atento tirano interior que no se encarga de nosotros, déjalo en paz salvo que no sepamos de qué manera entretenerlo. Y parar las voces interiores no significa parar de ser consciente, a la inversa. Un amigo me lo describió de este modo: “Ayudar a tus talleres para despertar a la vida mediante la desaparición, los talleres que creé en 1996 basados ​​en la respiración holorénica, es como ver mi vida en un escaparate; Observo desde afuera y puedo valorar sin juzgarme. Con la ayahuasca es como ver mi vida por la ventana, pero asimismo estoy dentro. Veo y ensayo intensamente al tiempo”. La ayahuasca disuelve las dimensiones banales de la vida, sumergiendo al sujeto en un cosmos grande, inmenso, atemporal, un cosmos que es imposible supervisar y ordena a la persona a abandonarse como un niño en los brazos de su padre. Cuanto mucho más se deja un individuo a la experiencia, mucho más la explota. El inmenso planeta al que conduce la ayahuasca es un cosmos de armonía, de congruencia y de amor, sí, empleo esta palabra, amor, pese al miedo de ser tergiversado por la utilización sin ningún sentido que se le da de manera continua. La ayahuasca abre la percepción a una dimensión diferente, de una forma un poco incontrolable. Las ocasiones de la vida y de uno mismo son vistas desde una exclusiva visión, inexplicable para quien jamás la ha vivido, la mucho más fundamental. Asimismo se puede charlar del efecto tal y como si la mezcla tuviese intención propia, con lo que varias personas charlan de ‘plantas maestras’. En lo personal, me semeja una manera de charlar bastante ingenua, pero puedo comprenderlo. ¿Qué enseña este ‘profesor’? Verte en tu esencia, en tu mucho más verídica naturaleza… hasta donde cada uno de ellos logre aguantar, repito, y hasta donde cada uno de ellos esté presto a ser franco consigo. Es habitual y hasta un punto ineludible que la multitud espere fuegos artificiales en interiores, desean ver luces, saltos fatales, colores vivos, visiones, emoción… ¡luz, cámara, acción! No amigos, no es de esta forma. De a poco, la persona que toma ayahuasca por vez primera se da cuenta y revela que eso no es lo que debe aguardar, se percata de que la mezcla vegetal lo lleva por caminos mucho más sutiles, que debe dejarse llevar. final, hasta el desenlace de la experiencia. Y en el final, en la mitad de un estado de profunda paz y éxtasis por la inmensidad de lo que andas percibiendo, no te queda mucho más que musitar en voz baja: “Ah… de este modo es”. Entonces la persona se regresa, mira a los ojos del amigo próximo y, sin expresiones, sabe que experimenta o aun observando la eternidad misma. En el final, siempre y en todo momento hay alguien que dice: «No vi nada, ¿qué me pasa?», y mi contestación va a ser: «¿Ahora miraste qué hora es?». “Wow, pasaron cinco horas, ¿de qué forma puede ser esto? Tengo la sensación… pero no, no me dormí”. Y mi contestación va a ser: “Absolutamente nadie puede sentarse sobre la obscuridad a lo largo de cinco horas sin quedarse dormido en quince minutos. Inténtalo otro día, quizás próximamente halles la fuerza y ​​el sentido de tu vida alén de las expresiones, pero tienes que dejarte llevar. No es requisito comentarlo pero, como conclusión, no soy reluctante a llevarlo a cabo. La ayahuasca va ganando alguna moda y cada día se proponen mucho más sesiones de una suerte de Quijotes de la Mácula recientes que, en vez de una armadura trasnochada y una lanza oxidada, llevan plumas de loro en la cabeza, procuran socorrer la vida del resto y se hacen llamar neochamanes, guías espirituales, facilitadores de vivencias trascendentes, sanaderos cuánticos y otras expresiones inefables afines. No deseo decir que no haya reales chamanes y pilotos seguros para estos vuelos, hay, pero lo que abunda son los Quijotes de La Mácula y los crédulos Sancho Panza que los prosiguen sin el menor sentido crítico. Simplemente, si deseas presenciar la excelencia que puede dar la ayahuasca, sé escéptico con la tendencia y cerciórate de que quien dirija la sesión sea alguien con experiencia real y entendimientos sólidos, alguien que mire hacia adelante y te inspire seguridad. . Y esto nada debe ver con el tono de la piel, el acento latino en el alegato, las plumas en la cabeza o la promoción en la red de promesas quijotescas de supuestas academias de ayahuasca. Suerte.

Hurto o violación

Es conocido que la ayahuasca altera el estado de conciencia de quienes la consumen. En dependencia de dónde realices el retiro de ayahuasca, existe el peligro de estar cubierto de personas sin escrúpulos que tienen la posibilidad de explotar tu viaje astral para hurtar tus pertenencias o, peor aún, abusar de tu cuerpo. Tenga bastante precaución al escoger el centro o la localización.

Hurto o violación (iStock)

“El poder viene de Dios”

Sí Posiblemente los pasajeros que lo aguardaban imaginaran a un hombre prominente, de hombros anchos y cubierto con un vestido de plumas que le daba poder. Pero William, con su gorra de america, no posee por qué razón esperar trasmitir lo que sabe, si bien afirme que no sabe nada, por el hecho de que los hombres no tienen poder.

El poder es de Dios, en quien afirma opinar y, aparte de sus cantos comunes, reza un Padrenuestro en las liturgias, por estimar respetar las opiniones del resto.

Género de sesiones

Las sesiones de Ayahuasca se efectúan normalmente en un contexto grupal de 5 a 25 personas, si bien en ocasiones hay sesiones de hasta cien o mucho más personas. Las sesiones la mayoria de las veces tienen rincón durante la noche, si bien pocas veces tienen la posibilidad de celebrarse a lo largo del día. Una sesión donde se toma ayahuasca frecuenta perdurar entre 3 y 7 horas. Hay centros o conjuntos donde la multitud se queda a reposar tras la sesión, pero no en todos los casos es de este modo. La sesión siempre y en todo momento está apuntada por un facilitador que puede ser un curandero, un chamán o neochamán, un terapeuta, un padrino o Profesor en iglesias de ayahuasca, o cualquier otra persona que, de entrada, haya tenido mucha experiencia y conozca bien de qué forma asesorar las sesiones. Al comienzo de la sesión se puede dedicar un tiempo a comunicar las pretenciones de cada uno de ellos con relación a la sesión, por qué razón eligieron formar parte y, una vez clausurada la rueda de pretenciones, se reparte la ayahuasca y empiezan las dosis.

La experiencia con ayahuasca tiene la posibilidad de tener múltiples fases. En ocasiones, la exploración de los mundos internos va acompañada de mal sensible, o algún género de padecimiento o liberación de tensión, con lo que no es extraño que las sesiones de ayahuasca, en especial aquellas mucho más enfocadas a la curación, tengan lágrimas e inclusive chillidos en la habitación. a lo largo de todo el desarrollo. la noche. Además de esto, los efectos purgantes de la ayahuasca permiten el vómito, que se efectúa en un balde en la habitación o al aire libre en un espacio designado para tal fin. En la mayoría de los casos, la música que emplea el facilitador es la que impulsa la experiencia, si bien hay guías que asimismo trabajan con el silencio.

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