Fallecer es reposar… y quizás soñar. Sí, y aquí está el enorme escollo, pues teniendo en cuenta lo que los sueños tienen la posibilidad de acontecer en el silencio de la tumba, en el momento en que abandonamos esos restos, es un fundamento muy poderoso para parar. Esta es la cuenta que provoca que nuestra infelicidad sea tan extendida.
Siempre y en todo momento me agradó de qué manera Shakespeare expone la cuestión humana por medio de Hamlet: “Ser o no ser…” y lo que viene después, me deja entrenar una dramaturgia sintética y moderna: ¿Qué es preferible? ¿Admitir estoicamente la desgracia o encararla con furia? Recientemente vi la complicada pero impresionante paradoja cuántica de Cris Nolan «Interstellar» y me vi obligado a regurgitar la línea robusta y alcohólica de Dylan Thomas: «No vayas amable con esas buenas noches / Íra, íra contra la dieta de la luz». No ingreses en silencio en esa dulce noche, pelea y pelea contra la obscuridad. Si pelear garantizase la victoria, el interrogante carecería de sentido, ¿verdad? Lo que provoca que la conocida pregunta de Hamlet sea filosófica es que la verdad de un hombre la mayoria de las veces choca contra las mareas de sus situaciones, así sea política, amor o una conspiración dificultosa como el reino de Dinamarca.
En el poema de Tomás comprendemos que hablamos de la desaparición: ¡Rebelde! -pregunta el poeta- ¡Pelea contra lo irremediable aun a sabiendas de que no hay triunfo viable! Una disculpa por la no aceptación que forma tomar parte romántico. ¿Thomas persuadió al incierto príncipe? Naturalmente, no todo en la vida o en la sociedad es tan mortal como la desaparición… Uno puede tirar del hilo de Hamlet hasta conseguir nuevamente el interrogante en el «Mito de Sísifo» de Camus: «La única pregunta verdaderamente esencial ¿Qué puede llevar a cabo un hombre es si debe suicidarse o no. Sé que suena dramático. Pero veo la conexión: Hamlet duda durante su trágico relato entre la acción o la aceptación, Sísifo -alegoría tradicional del hombre contemporáneo- consigue la síntesis de las dos opciones en su resolución de escalar la gigantesca roca hasta la cima de la montaña más allá de que sabe que la espiga indudablemente va a rodar cuesta abajo. Su aceptación se transforma en acción. No se queda abajo lamentándose. Acepta la labor sin precisar promesa.
¿Quién mencionó que fallecer reposar reposar quizás soñar?
Cita de William Shakespeare: Fallecer, reposar… ¿reposar? Quizás soñar. Oraciones insignes.
Esta oración representa la cuestión fundamental de la experiencia humana , inconveniente dada por las tensiones que se dan entre la intención y la verdad, de tal forma que la vida y la desaparición se transforman en opciones a estimar.
Y el enemigo del sueño: EL INSOMNIO
El insomnio es un trastorno del sueño muy habitual. Por su parte, puede definirse como insomnio de conciliación, fragmentación o despertar temprano. Como resultado, el sueño es de baja calidad y existe la oportunidad de que no esté descansado al levantarse.
El insomnio puede ser agudo (corto período) o crónico (largo período). El insomnio agudo es muy habitual. Las causas recurrentes tienen dentro agobio laboral, presiones familiares o un acontecimiento traumático. Acostumbra perdurar días o semanas.