Ducado, ducados, ducado, ducato, ducados: Moneda castellana cuyo valor era de once reales o 375 maravedíes.
La palabra ducado está formada por los próximos términos latinos: “dux” que significa “general de un ejército” y “ado” que tiene relación a un cargo.
El ducado hace referencia al cargo que muestra un general del ejército condecorado con un título nobiliario de origen feudal y transmisible por herencia; y el territorio que se le asignó asimismo en recompensa.
La jerarquía de los títulos nobiliarios
Los títulos nobiliarios tienen su orden de relevancia protocolar. En la antigüedad, eran distinciones que hacían los reyes a ciertas personas en agradecimiento por su actuación (para proteger la corona, en guerra, etcétera.). Y no era lo mismo que te brindaron a ti que al otro, claro.
Tras los títulos de familia real (rey, príncipes y también infantes), el resto títulos nobiliarios se ordenan de la próxima forma:
Aplican limitaciones
Pese a las considerables sumas, el monarca y su heredero tienen limitaciones sobre cuánto tienen la posibilidad de favorecerse en lo personal de sus fortunas.
El rey solo puede gastar Subvención Soberano en deberes reales. Y ni él ni su heredero tienen la posibilidad de favorecerse de la venta de recursos en sus ducados. Cualquier producto de las enajenaciones se reinvierte en acciones, según una explicación lanzada por el Centro de Gobierno (IfG).
La hembra de sangre azul
En este país hay en vigor 2.824 títulos nobiliarios: 155 ducados; 1.369 marquesados; 946 ayuntamientos; 140 viscosidades; 169 baronías; y seis dueños. Si bien la verdad es que varias personas tienen múltiples distinciones, por esa razón pese a la proporción de títulos, solo hay 2237 personas con honores nobiliarios.
Los sucesos tienen que abonar impuestos si desean heredar estos títulos, y el valor no en todos los casos es exactamente el mismo. Va a depender del género de transacciones, si son directas o transversales, si son títulos acompañados de excelencia o no, y de la modalidad tributaria, esto es, si se relaciona con la homologación de títulos nobiliarios extranjeros (siendo estos últimos el mucho más costoso).