Felipe IV de Francia Felipe IV el Precioso Nacido el 1 de julio de 1268 Fontainebleau, Francia Muerte el 29 de noviembre de 1314 (46 años) Fontainebleau, Francia Entierro Basílica de la familia Saint-Denis
Alén del increíble récord de Rick Wakeman , que nos transporta a la adolescencia, la oración “las seis esposas de Enrique VIII” nos remite al grupo de títulos de la historia universal, como “las pirámides de Egipto”, que no siempre lanzan mucha luz sobre el tema. . Enrique era un niño regordete que ascendió al trono en 1509 en el momento en que tenía 18 años en 1509. Fue, por lo menos declamativamente, un ferviente católico que probó sus convicciones al Papa León X apoyándolo en su pelea contra los reformistas luteranos y el jefe de la Iglesia lo odiaba, le dio el título de «defensor de la fe».
El rey estuvo casado con Catalina de Aragón antes de subir al trono. La pequeña era hija de los reyes de Castilla y Aragón, Isabel y Fernando, «los Reyes Católicos», y había enviudado a Arturo, hermano de Enrique. En la búsqueda de un heredero varón, la pareja no tuvo bastante fortuna. De los seis hijos que tuvieron, solo subsistió Mary, llamada a tener un espacio señalado en la historia inglesa. El rey era un hombre «alterado», como lo describen ciertas crónicas de la temporada con determinada indulgencia machista, y tuvo un «hijo ilícito» con su apasionado Isabel Blount, y sus relaciones con María Bolena fueron prácticamente oficiales, hasta el momento en que cayó enamorado perdidamente de su hermana menor, la célebre Ana Bolena, a quien Gaetano Donizetti dedicaría una ópera estrenada en Milán en 1830 y en Londres en 1831.
Felicidad de Mónaco
Para iniciar , hemos escogido una princesa cuya inclusión en una lista como esta habría de estar fuera de toda duda.
La princesa Grace de Mónaco (1929-1982) fue la mujer del príncipe Rainiero III de Mónaco y entre las mujeres mucho más preciosas no solo de la realeza sino más bien asimismo del cine de mediados del siglo XX. Ella, que se transformó en ganadora del Oscar antes de dejar su trayectoria cinematográfica (otra musa de Alfred Hitckock) para casarse con Rainiero, resaltó en vida por su colosal hermosura y enorme distinción, que acaparó portadas de todo el planeta antes y tras transformarse en princesa.