Baltasar es el nombre con el que comúnmente se identifica a entre los Reyes Magos. No obstante, los Magos que se muestran en la Biblia se identifican sencillamente como «sabios de Oriente» sin nombre concreto, que continúan en el anonimato en todo el relato del Evangelio de San Mateo.
Por Florencia Rusconi
Los Reyes Magos no eran reyes, no eran hechiceros, y no eran tres.
Lo que transporta
El rey Baltasar le da a Jesús mirra a lo largo de su visita, la que está de forma directa relacionada con los entierros y los fallecidos, pero en el momento en que se la dio a Jesús fue una representación leal de por qué razón Dios vendría al planeta Tal como la mirra representa la desaparición, Jesús vino al planeta para ser crucificado por toda la raza humana para el perdón de todos nuestros errores.
De ahí que la gente que sostienen la creencia infantil de que los reyes magos vienen a traerles regalos ponen a Melchor al cargo de la ropa y los zapatos, al paso que Gaspar se hace cargo de traer los dulces y manjares favoritos por los pequeños, es Baltasar quien transporta carbón o leña seca y vieja a esos pequeños que se han portado mal en el último año.
Tubo de Nabónido de Sippar
Con lo que tenemos la posibilidad de inferir de las fuentes escritas, Baltasar o Belsasar era un óptimo soldado, pero mediocre en política. Los conjuntos opuestos a su figura se hicieron poco a poco más predominantes en Babilonia, al paso que, por otra parte, Ciro II, el rey persa, conquistaba nuevos territorios para el Imperio Persa, presentándose como un libertador de los pueblos y aplicando la tolerancia a los conquistados.
Esta política de Ciro el Grande fue percibida por los babilonios como una ocasión para liberarse de Nabónido y su hijo Baltasar, rey de Babilonia en ese instante.
La tumba del rey Balthazar
Ya que la localidad de Aksum fue la vieja capital de un poderoso imperio, sus aledaños exudan historia y historia de historia legendaria por todos lados. A la derecha de un sendero sutil, ahora cubierto de viviendas, y al que hay que llegar con guía, está el sepulcro del rey Bazén, asimismo llamado sepulcro del rey Baltasar, el rey que llevó la mirra al Mesías y anunció su venida a Etiopía.
En el momento en que te aproximas a la tumba, un monje con túnica, su guardián, según la gente que la han visitado, abre la puerta y te transporta a una cripta subterránea sin luz artificial. El interesante etiope alumbra siete nichos dentro suyo. La tumba fue saqueada en la antigüedad, no hay bastante que ver mucho más que la roca y ciertos grabados en sus paredes.