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Quién mandó a fusilar a Maximiliano de Habsburgo

Benito Juárez El 19 de junio de 1867, frente a un pelotón de fusilamiento en el cerro Las Campanas, Querétaro, el Archiduque Maximiliano de Habsburgo es fusilado por el presidente mexicano Benito Juárez.

(Segunda y última parte)

Los académicos competidores en el conversatorio que, sobre Maximiliano de Habsburgo, convocó la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), auspiciado por la UNAM, para Recuérdese su llegada a Veracruz el 28 de mayo de 1864, coincidió en que la resolución del presidente de México, Benito Juárez, de fusilar al archiduque austriaco fue la correcta.

Últimas expresiones de Maximiliano de Habsburgo

Maximiliano I de Habsburgo fue tomado y encarcelado el 15 de mayo de 1867 en Querétaro. Juzgado en consejo de guerra por tres días por orden de Juárez. Aun se aseveró que planeó un plan de escape, pero concluyó que su dignidad no le dejaba hacer tal acción. Probablemente hubiese fracasado, en tanto que la única forma de esconder su rostro era dejarse barba y además de esto ponía en riesgo la vida de su mujer Carlota.

Al final, el día 19, fue fusilado en la mañana en el Cerro de las Campanas. Raramente, él mismo pagó a los siete pistoleros una onza de oro en lugar de que le disparasen en la cabeza suponiendo que su madre lo vería fallecido en el ataúd y lo reconocería. A lo largo de este acontecimiento se le unieron varios de los en general que lo apoyaron.

La caída del Imperio de Maximiliano

Con la retirada de las tropas francesas de México, las fuerzas liberales fieles a Benito Juárez triunfaron lote y el Imperio de Maximiliano redujo su control territorial a las ciudades de México, Puebla y Querétaro.

Entre marzo y mayo de 1867, las tropas republicanas, comandadas por el general Mariano Escobedo, sitiaron la localidad de Querétaro, donde se había refugiado Maximiliano y que era protegida por mexicanos fieles al imperio. El 15 de mayo los republicanos han tomado Querétaro y Maximiliano fue hecho preso.

Maximiliano:

Me enviaste una carta confidencial con fecha 2 de este desde la fragata Novara. La cortesía me ordena a ofrecerle una contestación, si bien no me fué viable meditarla, por el hecho de que, como entenderá, el especial y también esencial cargo de Presidente de la República me absorbe en todo momento sin reposo, no en noche.

La obstrucción francesa ponía en riesgo nuestra nacionalidad y yo, que por mis principios y juramentos se encontraba llamado a proteger la integridad de la nación, su soberanía y también independencia, debía multiplicar mis sacrificios para contestar al sagrado depósito que la nación, en el ejercicio de sus poderes soberanos, me confió. No obstante, me planteé contestar, si bien sea resumidamente, a los puntos mucho más esenciales de su carta.

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