Un duque es un sujeto que muestra el mucho más prominente título nobiliario. Este reconocimiento, superior al conseguido por un marqués, tiende a ser concedido por un monarca para expresar su agradecimiento o para distinguir a los descendientes de la familia real que no son herederos.
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Los intentos de entronizar un nuevo rey en el Río de la Plata han comenzado con las invasiones inglesas. A lo largo de los 40 y seis días que se alzó la bandera británica en Buenos Aires, múltiples gobernantes locales juraron lealtad al rey Jorge. Entre ellos figuraba el máximo gerente espiritual, el obispo de Buenos Aires don Benito de Lué y Riega, seguido del clero, cabildos, militares y otros representantes de «la parte mucho más sana y también ilustrada de la región». El letrado y capitán de milicias Manuel Belgrano, para eludir compromisos, debió atravesar el río hasta la Banda Oriental.
La jerarquía de los títulos nobiliarios
Los títulos nobiliarios tienen su orden de relevancia protocolar. En la antigüedad, eran distinciones que hacían los reyes a ciertas personas en agradecimiento por su actuación (para proteger la corona, en guerra, etcétera.). Y no era lo mismo que te brindaron a ti que al otro, claro.
Tras los títulos de la familia real (rey, príncipes y también infantes), el resto títulos nobiliarios se ordenan de la próxima forma: