Los condes palatinos atendían y dirigían los oficios que había en la corte y los relacionados con los servidores del rey en su palacio: el conde cubiculario era el maestresala. Conde de la Pincerna o Maestresala Mayor. conde de la copa el que se encontraba al cargo de la despensa, la mesa real y adjunto a ella.
La palabra contar nos remite en su etimología al término latino “vem”, “comitis” con el concepto de compañero, que en la Roma del Bajo Imperio, y desde el reinado de Constantino, designaba a los que acompañaban. el «dominus» o emperador; y que hacía referencia en la Europa medieval feudal a esos vasallos directos del rey, como duques y marqueses, si bien de categoría inferior; quien recibió tierras del monarca, que han quedado bajo su gobierno y administración, en lugar de acompañarlo en las peleas. El femenino de conde es condesa.
Los condes, como todos y cada uno de los que componían la nobleza del Viejo Régimen Europeo, pertenecían a un campo favorecido de la sociedad, que tenía tierras pero no pagaba impuestos, esto es, estaban exentos de abonar impuestos. Los territorios regidos por un conde se llamaban condados. Por servirnos de un ejemplo, el primo de Carlomagno llamado Guillermo era Conde de Toulouse. El Condado de Barcelona, origen de la Cataluña de hoy, se formó en el siglo IX, con Bera, hijo de Guillermo, Conde de Tolosa, su primer Conde, que fue asimismo Conde de Gerona y Besalú. Bera fue sucedido por Ramon. En el año 1162 este condado se unió a la dinastía aragonesa.
Historia del recuento de títulos
La palabra recuento procede de una expresión latina que significa compañero. En el viejo Imperio De roma, este título se utilizaba para designar a quienes siempre y en todo momento acompañaban a los emperadores en sus viajes.
Si bien varios piensan que este título ahora era popular antes, en la temporada de la república, el conde del título pasó a ser considerado una dignidad tras el reinado de Constantino. Fue desde ese instante que se nombraron condes para prestar servicios terrestres y marítimos en temas de guerra, paz y religión.
La jerarquía de los títulos nobiliarios
Los títulos nobiliarios tienen su orden de relevancia protocolar. En la antigüedad, eran distinciones que hacían los reyes a ciertas personas en agradecimiento por su actuación (para proteger la corona, en guerra, etcétera.). Y no era lo mismo que te brindaron a ti que al otro, claro.
Tras los títulos de la familia real (rey, príncipes y también infantes), el resto títulos nobiliarios se ordenan de la próxima forma: