¿monstruo o fallecer como un óptimo hombre?»» -Obturador. Ilha (Martin Scorsese)
2 agentes federales son asignados para investigar la situacion de un recluso que se escapó de una prisión para delincuentes desquiciantes.
Martin’s Last Temptation
Tomé como banda la primera y última película de entre los desarolladores cinematográficos mucho más febriles y también esenciales de las últimas décadas, el directivo El Italiano -Estadounidense Martin Scorsese. Desde el instante en que se graduó en cine en la Facultad de Novedosa York en la década de 1960, la carrera de este aficionado al cine tradicional ha paseo caminos muy distintos en temas narrativos o encuentros y colaboraciones con músicos, realizando de la música una sección esencial de su experimentación cinematográfica. . Pero lo que no escapa a ninguno de sus proyectos y amplia producción son sus neurosis, temores, influencias heredadas de rituales familiares y religiosos.
Este enfoque obsesivo que busca el director en todos sus largos provoca que sea escogido, como él mismo ha señalado en múltiples oportunidades, por las temáticas. Quién llama a mi puerta, 1967, es una inmersión en el primer éxito de una producción extendida y de bajo presupuesto, con actores que demandaban mucha intención y también ilusión, como un asombroso y superficial Harvey Keitel, que resultó una película de culto para posteridad, con una banda sonora mítica y cautivadores niveles oníricos y subjetivos. Claramente asombroso para un primer trabajo para un recién graduado universitario, dejando impresionado al abajo firmante. Una intoxicación de obsesiones y moralismos culturales que Scorsese mostraría en las próximas décadas hasta llegar a la desbordante arquitectura onírica y fantasmagórica de Shutter Island.
¿Qué nos comunica este final?
Durante un momento, creí que Teddy Daniels verdaderamente había caído en una trampa. Y este es el primer juego de ‘Shutter Island’, que se apoya en el carisma del personaje y el secreto y la obscuridad que envuelven la isla y nuestro centro. Pero la verdad es que el primordial problema aquí está en esa pregunta final, que deja todo en el aire.
Semeja visible que, hasta el día de hoy en que se le enseña la verdad de la manera mucho más gráfica viable, Andrew Laeddis vive en su situación paralela. Y, más allá de que se quedó con una pequeña una parte del mal que le acompaña, vive relajado y con la conciencia medianamente sosegada. Asimismo quedó una pequeña una parte de su culpa, pero transformándola en una historia considerablemente más heroica y uniéndola con la parte de sí que tiene. De Andrew Laeddis queda el pasado y asimismo su búsqueda de justicia. Los cimientos continúan, por de esta manera decirlo. Quizás esta era la versión de sí que habría subsistido si la depresión y la desaparición no se hubiesen cruzado en su sendero. Posiblemente este sea el auténtico Andrew Laeddis, el que está tras el mal, la pérdida y la culpa.
¿Qué se hace verdaderamente en Shutter Island?
Shutter Island, situada cerca de Boston, aloja el hospital siquiátrico Ashecliffe para enfermos mentales. La isla se emplea eminentemente para parar y tratar a personas con trastornos mentales graves que han cometido algún género de delito.
Esta es Peddocks Island, entre las mucho más enormes de la costa de Boston. Correspondiente al estado de Massachusetts, su territorio se divide entre la defensa militar de Fort Andrews, que no está en desempeño, y una sucesión de cabañas de propiedad privada.