El cartucho virgen o recuperado es un género de cartucho para armas que no posee proyectil ni bala; esto tratándose de cartuchos metálicos, pero, tratándose de semimetálicos (escopetas), no poseen perdigones ni ningún otro proyectil.
Una de cada 37 víctimas de una bala de goma disparada con una pistola concreta para esta munición muere gracias a las lesiones, según estudiosos estadounidenses, que pidieron a las fuerzas de seguridad que limiten la utilización de esta clase de armas de bala.
El estudio, anunciado este martes en la gaceta médica británica BMJ Open, examina 26 productos que dan cuenta de 1.984 casos de heridos en manifestaciones, altercados, acontecimientos de deportes y detenciones, entre otros muchos, «primordialmente mayores jóvenes» y hombres, entre 1990 y 2007. Se excluyen esos que resultaron levemente damnificados y no requirieron atención médica.
Políticos y líderes de todo el mundo reaccionan al ataque contra el vicepresidente
Al darse cuenta del ataque, múltiples figuras políticas argentinas y mundiales expresaron su profundo repudio y llamaron a una rápida investigación del hecho.
Munición KTW
Famosa equivocadamente como “aniquila policial”, de manera comercial se llama KTW, nombre que procede de las iniciales de sus desarolladores: Dr. Paul Kopsch (Condado de Lorain, juez de Ohio), el teniente de policía del condado de Lorain, Daniel Turcus, y el juez estudioso asociado Donald Ward.
Su origen se remonta a 1966, con una bala cuyo núcleo era de acero embrutecido (temperado), y fue desarrollada para dotar a la policía -que no tenía armas largas en el condado- de un cartucho para pistolas cuyo proyectil fue con la capacidad de atravesar todos y cada uno de los materiales usados en la fabricación de un automóvil, incluyendo el bloque del motor. Como los cilindros de la pistola se gastaban de manera rápida, la punta se cubría con un material dúctil y se cubría con una película de teflón -la real-, con el único fin de resguardar la escopeta.
Nuestra investigación
Bajo esta idea, llevamos a cabo una investigación cuyos desenlaces fueron publicados últimamente en Injury Prevention, gaceta académica experta en la prevención de lesiones y en la búsqueda de la creación de políticas públicas dirigidas en eso En nuestro producto mostramos múltiples descubrimientos, pero quizás el mucho más importante sea el próximo: entre 2013 y 2019, por lo menos 150,000 personas resultaron lesiones en México con balas de arma. La estimación la conseguimos de una fuente tan importante como infrautilizada: la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana (Envipe).
Nuestra estimación es prácticamente tres ocasiones mayor a la conocida de manera oficial por el sistema sanitario pública en México en exactamente el mismo periodo: precisamente 55,000. ¡Tres ocasiones! Si nuestra inferencia desde los datos de Envipe es adecuada, el subregistro oficial es tan grave que no solo compara a otros delitos, sino impide la ejecución de cualquier política pública fundamentada en prueba. Este subregistro desgasta las opciones del Estado para combatir el inconveniente. Este subregistro cuesta vidas.