Saltar al contenido

Cómo se mata un Ajin

Inmortalidad. El aspecto propio de todos y cada uno de los Ajin es su inmortalidad. Son inútiles de fallecer bajo ninguna situación, aun aplastados, degollados o anémicos.

Bastante se estuvo comentando en los últimos meses de las series que mucho más recalcaron en Netflix, indudablemente este sistema de vídeo uso contínuo se ha puesto a la cabeza de todo el mundo del diversión albergando lo destacado de la cinematografía mundial. , y generando enormes series al por mayor. En el extendido cosmos que representa Netflix, hay un género del que se charla poco y que debemos sugerir: las series de animación niponas (Anime). En este cosmos, entre las series que comienza a resaltar es AJIN Semi-human, del dibujante de manga Gamon Sakurai, amoldada por los estudios Polygon Pictures.

AJIN cuenta la historia del joven Kei Nagai, un estudiante de medicina de El país nipón que tras ser arrollado revela su inmortalidad y empieza a vivir una horrible pesadilla, ya que su ser inmortal (Ajin) provoca que sea perseguido tanto por la parte de los gobiernos como de los cazarrecompensas por igual. AJIN es la narración de un fugitivo.

Sawman Síntesis

La historia tiene rincón en un planeta donde los diablos intimidan a 2 humanos en paz, transformándolos en diablos para ser eliminados. Denji es un joven deprimido que vende múltiples de sus órganos y trabaja como leñador y cazador de diablos para abonar los dividendos de su difunto padre. Denji es el obsequio de un perro (que asimismo es un demonio) llamado Pochita, que tiene motosierras y de qué manera las utiliza para realizar su trabajo. Esto enseña por qué razón los humanos tienen la posibilidad de realizar contratos con diablos. Tras regresar a casa del trabajo, un Yakuza llama a Denji para infiltrarse en una propiedad y matar a otro demonio. Hasta entonces, el avión fue armado para matarlo como una parte de un contrato con Yakuza como demonio, ganando mucho más poder. Pero Pochita ve la asistencia de Denji y se une a él, transformándose en mitad hombre, mitad demonio y consiguiendo las motosierras de Pochita. Fuente: Yaraon! ©藤本タツキ/集英社・MAPPA

‘No voy a venir por un día’, suéltate el pelo

“Soy el viento del este, el que jamás fué apasionado de absolutamente nadie Fenicia… brinca, brinca me levanté”. Tres bastones. Es el holaquéhay bullicioso y también molesto del chiste de La Isla ‘Yo pa’un día no vengo’, con Jesús Montero y Servando Sabajanes distribuyendo música y letra. Un corto repaso a individuos singulares de la región, en el paso inicial, que termina animando al Gobierno a invertir mucho más en salud psicológica. Vaya giro de los hechos, Juan, me volvió orate. La otra letrilla tiene alguna aversión a los anglicismos, dios santo. Daña una suegra, y curas llamando a reproducirse, que están preocupados por quedarse sin monaguillos, en la serie de cupleses, sin coro, que volaba. El popurrí es audible, si bien bloque tras bloque se mantiene de forma previsible a partir de clisés cerca de la brisa alegre, «y en el final te comes la tortilla, llena de tierra». El oeste hace aparición y se marchan. El objetivo. Ajola.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *