Concluyó que su estatura promedio era de 1,62 metros para los hombres y 1,53 metros para las mujeres.
Un tipo concreto de quipu, un grupo de hilos de lana de colores puntuados por nudos, puede ser la primera prueba de que hubo recaudación de impuestos en el viejo Imperio Inca, compuesto por la gente que dominaban una parte de la costa del Pacífico y la Cordillera de los Andes entre los siglos XII y XVI (Antigüedad Sudamericana, marzo). El arqueólogo Alejandro Chu, de la Facultad Nacional Mayor de San Marcos, en Perú, y el antropólogo Gary Urton, de la Facultad de Harvard, en USA, estudiaron unos 30 khipus encontrados en un contexto peculiar en Inkawasi, un ubicación arqueológico situado en el sur de Perú. , usada para guardar modelos agrícolas: las cuerdas se sepultaban bajo las existencias de pimienta, maní y frijol negro. Según los estudiosos, las cuerdas y nudos se tejían para registrar un valor mayor, interpretado como la producción total guardada, y un valor fijo menor, semejante al tributo a abonar por el agricultor. seguramente asimismo se codificó un tercer valor que, sumado al impuesto, dio rincón al total guardado. Chu y Urton no desechan la hipótesis de que el valor fijo codificado en los quipus logre reflejar el total de semillas guardadas para ser sembradas en la próxima temporada. No obstante, por el momento afirman que el número semeja ser el valor del tributo.
Waqrapukara
Waqrapukara es tan irreconocible que aún no se sabe si fue una fortaleza, un santuario o un observatorio astronómico. Este monumento está a 4.300 metros sobre el nivel del mar en el Cañón del Apurímac, al sur de la región del Cusco. Su paisaje es sobrecogedor, en tanto que está cubierto de increíbles andenes, plazas y un monolito enorme que domina el paisaje andino. En contraste a otros sitios con multitud de visitantes, en Waqrapukara puedes acampar en los aledaños, una ocasión excepcional para gozar del cielo nocturno en este mágico rincón.