Robots inspirados en las fauces de las hormigas Completamente autónomos, están pertrechados con sensores infrarrojos y de cercanía para detección y comunicación. Se tienen la posibilidad de disponer mucho más sensores en dependencia de la app.
Inspirada en la organización de insectos sociales, como hormigas, abejas y termitas, y en la capacitación de bancos de peces y bandadas de pájaros en vuelo, la robótica de enjambres es un campo de estudio que estudia las mejores formas computacionales de Los robots intercambian información entre sí y actúan juntos, según una meta común para el que fueron programados. Son resoluciones computacionales que constituyen el campo de estudio de múltiples conjuntos de estudiosos cerca del planeta. Si bien todavía no hay ejemplos comerciales, la robótica de enjambres da perspectivas de empleo tanto en interiores como en exteriores, como en el mar, para la inspección y reparación de interfaces submarinas, y en el chequeo marítimo y aéreo, con drones pertrechados con sistemas de chequeo de fronteras.
Más allá de que conceptualmente existía desde la década de 1980 en USA, fue recién a inicios de esta década, con la evolución de la ingeniería electrónica y la computación, con circuitos electrónicos mucho más pequeños y poderosos, añadió. de la comunicación inalámbrica y el montaje de robots económicos, aparte de la implementación de sistemas de IA (inteligencia artificial), este campo de la robótica logró progresar.
INSECTOS ROBÓTICOS IMPRESOS EN tres dimensiones
Estos robots, conformados con impresión tres dimensiones, miden de 15 a 20 cm y están pertrechados con una batería de polímero de litio, un microprocesador y tres sensores: una luz en el frente y 2 sensores táctiles imantados en la parte frontal y posterior, lo que les deja conectarse entre sí.
Merced a sus 4 patas flexibles, se ha achicado la necesidad de sensores y piezas auxiliares, dando a los robots insectos el nivel de sabiduría mecánica que se requiere para interaccionar con terrenos accidentados o irregulares.